Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
Se trata de un hallazgo ginecológico común: un tumor en un ovario, que resulta ser un quiste benigno. ¿Es la extirpación quirúrgica necesaria?
No siempre, según datos de un nuevo estudio de más de 1,900 casos de ese tipo, en que se siguieron los resultados durante dos años tras el diagnóstico.
El equipo de la investigación cree ahora que la mayoría de mujeres con quistes ováricos no cancerosos pueden simplemente ser monitorizadas a lo largo el tiempo, en lugar de someterse a una cirugía invasiva para extirpar los tumores.
"Nuestros resultados podrían llevar a un cambio en el paradigma, resultando en menos cirugías para los quistes ováricos no cancerosos, bajo la condición de que examinadores de ultrasonidos entrenados excluyan el cáncer de forma fiable", planteó el investigador coprincipal, Tom Bourne, profesor en el Colegio Imperial de Londres, en Reino Unido.
Según describieron los investigadores, los quistes ováricos son sacos llenos de fluido que se desarrollan en los ovarios, y que se identifican a través de ultrasonidos. Son comunes y usualmente no causan ningún síntoma, pero en algunos casos resultan en dolor e inflamación en la pelvis.
Los quistes pueden ser no cancerosos (benignos) o cancerosos, y si se sospecha que son cancerosos siempre deben extirparse. Pero incluso cuando un quiste es benigno, los médicos con frecuencia recomiendan la extirpación debido a preocupaciones sobre complicaciones graves, por ejemplo que el quiste reviente o que haga que los ovarios se tuerzan. También existe la posibilidad de que un quiste benigno se vuelva canceroso, o de que fuera identificado erróneamente como benigno en primer lugar.
Pero la cirugía conlleva sus propios riesgos y complicaciones. Entonces, con los quistes benignos, los médicos a veces recurren en su lugar a la "espera vigilante", realizando ultrasonidos programados para monitorizar el tamaño y la apariencia del quiste. Muchos quistes ováricos desaparecen con el tiempo, o no cambian.
Foto ilustrativa/Pixabay.com
Pero la espera vigilante es controversial, y algunos médicos creen que siempre se debe extirpar los quistes benignos.
Intentando zanjar el tema, Bourne y sus colaboradores siguieron los resultados a dos años de 1,919 mujeres, con una edad promedio de 48 años, en 10 países. Todas las mujeres se sometieron a escáneres de monitorización durante dos años tras ser diagnosticadas con quistes benignos. El tamaño promedio de los quistes era de 4 centímetros (1.6 pulgadas).
En uno de cada cinco casos, los quistes simplemente desaparecieron solos, según el informe, que aparece en la edición del 5 de febrero de la revista The Lancet Oncology. En un 16 por ciento de los casos, las mujeres al final se sometieron a una cirugía para extirpar el quiste.
Pero en general, en un 80 por ciento de los casos, el quiste desapareció o no necesitó cirugía, encontraron los investigadores.
Solo se diagnosticó cáncer de ovario más adelante a un número muy pequeño de mujeres (a 12, es decir a apenas el 0.4 por ciento). Esos casos podrían haberse debido a que los quistes se diagnosticaran mal como benignos en el ultrasonido inicial, en lugar de que un quiste benigno se convirtiera en canceroso, plantearon los investigadores.
La tasa de torsión ovárica o de ruptura de los quistes también fue muy pequeña, de un 0.4 y un 0.2 por ciento, respectivamente.
Basándose en esos hallazgos, los riesgos de la espera vigilante se deben sopesar con los riesgos de complicaciones quirúrgicas, concluyeron los autores del estudio. El riesgo de complicaciones quirúrgicas (por ejemplo, la perforación de los intestinos) de las mujeres de 50 a 74 años de edad pareció ser de entre un 3 y un 15 por ciento, anotaron.
Dirk Timmerman, coautor del estudio, anotó que "a pesar de que esos riesgos quirúrgicos son bajos, si las mujeres en ese grupo de edad se hubieran sometido a cirugía en nuestro estudio, podríamos especular que de 29 a 123 de ellas podrían haber sufrido complicaciones quirúrgicas graves". Timmerman es profesor en KU Leuven, en los Países Bajos.
"En lugar de ello, solo 96 se sometieron a cirugía, lo que significa que tal vez se hayan evitado complicaciones graves en entre 29 y 123 mujeres", explicó en un comunicado de prensa del Colegio Imperial de Londres.
Un experto de EE. UU. concurrió en que el tema de cómo gestionar los quistes benignos ha sido difícil, y que la mayoría de los médicos optan por ser cautos.
"Aunque la opinión está dividida, la mayoría de cirujanos del mundo creen que los quistes ováricos benignos se deben extirpar mediante cirugía", apuntó el Dr. Mitchell Kramer, director de obstetricia y ginecología en el Hospital de Huntington de Northwell Health, en Huntington, Nueva York.
Sin embargo, los nuevos datos "sugieren el beneficio de la espera vigilante sin la cirugía", añadió Kramer. "Sin duda es aconsejable realizar más estudios, y cada caso se debe gestionar de forma individual. Pero hay evidencias que respaldan esta gestión alternativa en la paciente y en el ámbito adecuados". Fuente:New York Times.