Honduras. Un caso insólito y altamente peligroso se registró el pasado miércoles en una cárcel de máxima seguridad de Honduras, donde se detectó que un reo tenía escondida en el ano una granada de fragmentación con la que se presume que sería asesinado otro recluso.
Según reportaron medios locales, el día de los hechos, el reo Edgar Misael Martínez tuvo que ser trasladado, por razones médicas, de la prisión a un centro médico no identificado y, a su regreso, le fue hallado el aparato explosivo introducido en su cuerpo.
Fuentes oficiales consultadas por la la agencia EFE aseguraron que Martínez salió de la prisión sin ningún objeto extraño en su cuerpo, pero regresó con la granada, lo que fue descubierto al pasar por los aparatos de un riguroso control de seguridad, como parte de la revisión que se le hace a todos los reos al salir y entrar a la cárcel conocida como “El Pozo”.
"Lo bueno" del hecho es que la granada no explotó y que personal médico del centro penal se encargó de extraerla del cuerpo de Martínez, "sin necesidad de cirugía", aunque siempre con "mucho riesgo”, destacó la fuente, quien indicó que ya "se ha iniciado una investigación" con por lo menos dos personas.
En un comunicado, el viceministro de Seguridad, Luis Suazo, informó el jueves que la granada que llevaba Martínez, quien es miembro de la "Mara-18" (pandilla), fue descubierta a través de una "radiografía de baja radiación" hecha en la prisión.
En tanto, el abogado Carlos Chajtur dijo el jueves a periodistas que el explosivo al parecer sería utilizada para "acabar" con su defendido, el reo Magdaleno Meza, por lo que solicitó a las autoridades penitenciarias que su cliente sea enviado a otra instalación, como una unidad militar, porque su vida corre peligro en cualquier cárcel.