El actor
cubano Alberto Guerra, quien encarna a Federico Benítez, director de Seguridad
Pública Municipal de Tijuana cuando asesinaron al candidato presidencial Luis
Donaldo Colosio en la serie “Historia de un crimen: Colosio”, aseguró que por
primera vez la gente verá el lado humano de todos los involucrados en aquel
acontecimiento histórico.
La nueva
producción de Netflix , que hoy se estrena en su plataforma, contará por
primera vez en 25 años la historia de Colosio Murrieta desde la perspectiva y
ojos de su viuda, Diana Laura Riojas, quien pasó los últimos días de su vida
luchando contra el cáncer y por encontrar a los asesinos de su esposo.
Para
Guerra, tanto se ha hablado de ello que la gente lo ve como un hecho histórico
y ha dejado atrás al hombre, a la persona, algo que la empresa estadounidense
de entretenimiento busca recuperar. “Yo había visto su discurso y nunca me
hubiera imaginado cómo pudo ser una conversación de él con su mujer y aquí lo
van a ver. Nunca pude imaginarme qué postura tomó la mujer y cómo se puso, los
momentos que nadie ve, en los que uno se vulnera y aquí lo pueden ver”.
Además de
retomar el magnicidio que nunca llegó a ser esclarecido, el público conocerá la
otra cara del candidato, de la viuda, del “asesino solitario” y demás
participantes del hecho, por lo que al final será imposible no sentir empatía
por cada uno.
“Esta serie
humaniza a los personajes, tienes ocho horas de historia para construir
personajes y entender un poco más quién era Aburto y todo lo que sucedía; quién
era su familia, quién era Benítez y lo que había detrás; quién era Diana Laura
y todo lo que vivió después; quién era Colosio antes de lo sucedido y los
actores políticos que tenía alrededor”.
Mucho
trabajo detrás
Con una
gigantesca investigación en el área de producción, Alberto aseguró que en esta
serie no hay héroes ni villanos, sino personas, y eso es lo que la hace
diferente al resto de producciones hechas en torno al caso. “Federico Benítez
no nada más era un jefe de policía, hizo muchísimas cosas, tenía una carrera,
tenía estudios, tenía una familia. Aburto no nada más es un preso hoy por hoy
en Tabasco, creo que humanizar ya abre el abanico de lo que sabemos de la
historia de estos personajes por mucho”.
Agregó que
“es entender un poco el calvario que vivió una mujer a la que le matan al
esposo, con hijos pequeños y enferma, es una historia humana que pega y a eso
le vas añadiendo las demás historias, entonces sorprende”.
Interpretar
al jefe de policía que comenzó una investigación independiente fue difícil,
admitió, ya que poco tiempo después del asesinato de Colosio murió acribillado,
motivo por el cual tuvo poca información de él y debió recurrir a entrevistas y
artículos de sus colegas y familia para hacerse una idea de cómo era.
Otra manera
de ver la historia
Al
preguntarle sobre la experiencia que le deja “Historia de un crimen: Colosio”,
Guerra reconoció que a sus 37 años se sensibilizó.
“Empecé a ver distinto a las instituciones, a dejar de ponerles un sello en la cara a cada policía, porque de repente a uno se le olvida que también son seres humanos que tienen familia, que tienen una moral, buena o mala. Hay que empezar a dar el beneficio de la duda, es algo que me despertó, porque estamos ávidos de justicia en México, pero muchas veces confundimos justicia con venganza”.
Informador.