Uno de los alimentos más populares y completos de México es
la tortilla, que además de ser la protagonista de una gran variedad de
platillos nacionales ayuda a combatir el Virus del Papiloma Humano (VPH), que
es la ‘antesala’ del cáncer cervicouterino.
Este alimento tradicional y de fácil acceso para la
población mexicana es una fuente importante de antioxidantes, así como de
vitaminas A, C, D y E, es rico en calcio y fibras, pero además contiene ácido
fólico, uno de los elementos más importantes para prevenir las infecciones
causadas por el Virus de Papiloma Humano, según expertos en la materia, citados
por Quadratin.
La fortificación de la harina de maíz, insumo que se utiliza
en la preparación de 25 por ciento de las tortillas que se producen en México,
con ácido fólico, contrarresta los efectos del VPH y también ayuda a las
mujeres embarazadas a consumir la ingesta diaria recomendada de esta vitamina y
así evitar problemas de espina bífida en su bebé.
La dosis recomendada es de 400 microgramos diarios de
ácido fólico, por lo que además de consumir tortilla, es recomendable ingerir
frutas y verduras y complementar la alimentación con tabletas de esta vitamina,
siempre bajo la supervisión de un médico.
Se detectan 10 mil casos de papiloma al año
Cada año en México se diagnostican cerca de 10 mil casos de
cáncer cervicouterino, 70 por ciento de ellos son causados por algún tipo del
VPH, infección que se propaga principalmente por contacto sexual, pero cuyos
efectos pueden ser contenidos con una sana alimentación, que incluya el consumo
de tortilla.
Según datos del Instituto de Investigaciones Biomédicas de
la Universidad Nacional Autónoma de México, existen más de 100 variaciones de
VPH que afectan las mucosas del tracto anogenital, producen verrugas en el área
del cérvix y afectan tanto a hombres como mujeres.
Contraer este virus es en muchos de los casos la antesala a
padecer cáncer cervicouterino, enfermedad que cobra la vida de cerca de
cinco mil personas cada año.
Para evitar este desenlace es imperativo realizarse una vez
al año el examen de Papanicolaou y la prueba de captura de híbridos para
identificar el ADN viral, ya que ésta es la única forma de saber si una mujer
está infectada o no con VPH, señaló Ángel Villa Guerrero, ginecólogo del
Hospital Ángeles y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad La
Salle.
En caso de que los resultados sean positivos, una forma
sencilla de reducir la propagación de este virus y disminuir los riesgos de un
cáncer cervicouterino es a través de una sana alimentación que estimule el
sistema inmunológico.
“Esta estimulación se puede lograr consumiendo sustancias
antioxidantes, vitamina C y ácido fólico y fibra vegetal; es necesario
igualmente disminuir el consumo de carnes rojas y productos cárnicos, evitar el
estrés, hacer ejercicio físico al menos tres veces por semana y dormir por lo
menos ocho horas diarias”, explicó.