HERMOSILLO, Sonora.- Una falla en la línea de gas, por el deterioro de años de un tubo galvanizado, pudo haber provocado la explosión en la casa de la colonia Los Jardines, donde murieron madre e hija y resultaron tres personas lesionadas.
Autoridades informaron que hasta ayer en la tarde aún se realizaba la investigación en la vivienda donde se originó la explosión en la madrugada del jueves y que también afectó a dos casas contiguas que, al parecer, tendrán que demolerse.
Personal de Bomberos de Hermosillo explicó que se realizaron excavaciones en la casa, localizada en las calles Sebastián Lerdo de Tejada y López del Castillo, y se encontró una tubería galvanizada la cual estaba porosa, enterrada y en muy mal estado, lo que pudo haber ocasionado el accidente.
Se aclaró que la situación anterior es sólo una teoría, ya que será la Fiscalía General de Justicia del Estado la que se encargue de determinar legalmente las causas del siniestro.
La Unidad Municipal de Protección Civil determinó ayer que la estructura de una las viviendas aledañas (lado Poniente) quedó dañada por completo y era inhabitable, por lo que tendría que ser demolida, mientras que la casa del lado Oriente, los daños fueron parciales.
Lo pierden todo en explosión; piden ayuda para familias
"No sabemos qué vamos a hacer, lo perdimos todo… estamos en cero y les pedimos solidaridad", fueron las palabras de Fátima Ríos, una de las afectadas por la explosión en al colonia Los Jardines y que prácticamente se quedó en la calle, con su hijo, su primo y sus abuelos.
Con profunda tristeza, la joven de 23 años de edad y madre de un niño de 5, platicó que no recuerda haberse percatado de que hubo una explosión hasta que se quitó de encima los restos del techo y las paredes que le causaron una herida de 10 centímetros en la cabeza con exposición de cráneo.
"La verdad sólo recuerdo que me levanté toda asustada, gritando, llorando, me toqué y estaba toda ensangrentada buscando a mi hijo. Mi primo se encargó de calmarme, me dijo: A salir de aquí, vámonos. Agarré al niño, todo fue muy rápido, no sé cómo describirlo", recordó.
Estaba tan desorientada en esos momentos, dijo, que no se percataba que su hijo estaba a lado de ella, ya que la nube de polvo, la herida que presentaba en la cabeza y el polvo, impedían que coordinara sus sentidos, ignorando aún que su abuelito Manuel había sido devorado por los escombros.