México es el primer consumidor de refrescos en el
mundo, en promedio al año las personas consumen 163 de litros de bebidas
gaseosas, estas cifras hacen que supere en un 40% al segundo país que es Estados
Unidos.
Tomar en exceso refrescos o bebidas endulzadas se
asocia con padecimientos como obesidad o diabetes tipo 2, derrames
cerebrales, gota, asma, cáncer, artritis reumatoide, enfermedades arteriales
coronarias y óseas, problemas dentales y de conducta, trastornos psicológicos,
envejecimiento prematuro y adicción.
En una conferencia La construcción cultural del consumo
de los refrescos en México, en la UNAM mencionó que en promedio, las
familias mexicanas ocupan hasta un 10% de sus ingresos totales a la compra de
refrescos y en comunidades rurales, siete de cada 10 niños desayunan
con bebidas gaseosas.
Entre 1996 y 2006 incrementó de manera notoria entre los
adultos del la República Mexicana y el 15% de los mexicanos que consumen
refrescos son más propensos a sufrir de obesidad.
Florence L. Théodore miembro del Instituto Nacional de Salud
Pública destacó que el anclaje del refresco en la dieta del mexicano es
desde la cuna hasta la tumba, pues persiste la dificultad y hasta el rechazo a
renunciar a estas bebidas, incluso entre personas con diabetes.
Con información del Informador.MX