En Yucatán, el 10.7 por ciento de la población de 20 años y
más sufre de diabetes; es decir de poco más de 1.5 millones de personas,
alrededor de 160 mil padecen dicho mal, conforme a la Encuesta Nacional de
Salud y Nutrición 2018 (Ensanut), siendo Campeche, Tamaulipas, Hidalgo, Ciudad
de México y Nuevo León las entidades con mayor porcentaje de incidencia.
En México, la incidencia de diabetes pasó del 9.2 al 10.3
por ciento entre 2012 y 2018, en el rango de edad mencionado. También se
reportó que la mayor complicación es la disminución visual.
“Lo más alarmante es que a edades más tempranas estamos con
incremento de sobrepeso y obesidad, pero somos espejo a nivel nacional por el
alto consumo de los alimentos industrializados y bebidas azucaradas”, sostuvo
la nutrióloga Alina Marín Cárdenas, coordinadora de la licenciatura en
nutrición de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán
(UADY), en el marco de la Semana de la Nutrición y del Día Nacional del
Nutriólogo.
La especialista afirmó que es importante observar las
estadísticas de la Ensanut porque ello permitirá construir políticas públicas
que realmente vayan enfocadas “a la disminución de estos índices de prevalencia
de sobrepeso y obesidad, y ahora también con diabetes.
“También hay niños con diabetes que están presentando
diabetes tipo II, en lugar de la I, y se está dando más en los jóvenes; los
nutriólogos tenemos un gran reto con la sociedad”, aseguró.
Planes personalizados
Añadió que se están diseñando programas y haciendo todo lo
que va enfocado a la promoción de la salud, pero lo más importante es darle
seguimiento a esas acciones.
Señaló que el yucateco está siendo un poco más consciente de
los problemas de salud, pero advirtió que hay que tener cuidado porque “hay
mucho charlatán, hay mucho engaño”.
Advirtió que no sólo se trata de actividad física, sino que
se requiere un plan de alimentación personal, “porque cada tipo de persona debe
tener su propia dieta, dependiendo de su edad, peso, actividad física,
etcétera.
“No se puede dar un plan de alimentación porque sí; hay que
hacer una historia clínica, una entrevista adecuada, no podemos decir ‘ah, esta
dieta es de mil 500 calorías y esto te va a servir’, porque cada persona es
diferente y tiene distintos requerimientos”, abundó, al tiempo que sentenció
que nadie es nutriólogo tomando un curso, ya que hay que saber cómo funcionan
el organismo y el metabolismo de cada persona.
Más adelante precisó que recetar suplementos, como se hace
en algunos gimnasios, atenta contra la salud del individuo, porque si realmente
el paciente lo requiere, debe indicarlos el nutriólogo.
“Desde el momento que la gente reconoce que tiene un problema
de salud en función de su peso u otras patologías que se desprenden del mismo y
acuden al nutriólogo, eso ya es ganancia, porque están haciendo conciencia de
que hay un problema de salud”, indicó.
Cambios en la profesión
Por último, Marín Cárdenas destacó que en 1995 sólo había
dos varones estudiando nutrición y hoy la matrícula se divide casi a la mitad
entre hombres y mujeres, “y en algunos grupos hay más hombres que mujeres”.
Explicó que los nutriólogos pueden especializarse en
deportes, en pacientes renales o con cáncer, pero también “tenemos un área que
podemos explotar que son los emprendimientos. Algunos alumnos han elaborado
galletas especiales para pacientes diabéticos, tenemos una asignatura
denominada diseño de nuevos productos donde la tecnología de alimentos entra
para trabajar con los estudiantes.
“Pueden, además, desarrollar sus conocimientos en los
emprendimientos sociales en las comunidades, en la producción de alimentos
locales y cómo pueden estos posicionarse en el mercado”, concluyó
Fuente: Jornada Maya