Por muy fuerte y preparado que esté el sistema sanitario de cualquier país, ello no será suficiente para abarcar la crisis de saturación provocada por la emergencia sanitaria del coronavirus. De los países que mejor han sabido reaccionar ante la pandemia hemos aprendido que las medidas de distanciamiento social son las más efectivas para contener la propagación; la contrapartida es que la economía de cada país se verá resentida como consecuencia de una bajada en el consumo.
Un artículo publicado por la revista Science, por desgracia, estima que las medidas de distanciamiento social (que no de confinamiento) podrían alargarse hasta el año 2022 si queremos frenar de manera efectiva la propagación del SARS-CoV-2 y la saturación sanitaria. Como se cita en el documento: “La experiencia de China, Italia y los Estados Unidos demuestra que la COVID-19 puede abrumar incluso las capacidades de atención médica de las naciones con recursos suficientes”. Más inversión en sanidad no implica necesariamente mejor gestión, como le ocurre, por ejemplo, a Estados Unidos.
Pues bien; una vez aplicadas las medidas de distanciamientos social y de confinamiento, los países que más tempranamente iniciaron la cuarentena están levantando poco a poco las medidas, tras lograr un control adecuado del virus, y muchos esperan que ocurra lo propio próximamente en otros países como España; pero podríamos estar siendo demasiado optimistas: “Para mitigar la posibilidad de resurgimiento de la infección, pueden requerirse períodos prolongados o intermitentes de distanciamiento social. Después de la ola pandémica inicial, el SARS-CoV-2 podría seguir a su pariente genético más cercano, el SARS-CoV-1, y ser erradicado por medidas intensivas de salud pública después de causar una epidemia breve pero intensa. Pero cada vez más, las autoridades de salud pública consideran que este escenario es poco probable”. Anotemos aquí que países como Singapur están afrontando desde finales de marzo una segunda ola de contagios debido al levantamiento temprano de las medidas de contención, como publica la BBC.
Aunque el coronavirus se parece más a su primo hermano SARS-CoV-1 que a los influenzavirus, los autores creen que la tendencia es que comience a circular estacionalmente, como la gripe: “La transmisión del SARS-CoV-2 podría parecerse a la de la gripe pandémica al circular estacionalmente después de haber causado una ola de infecciones inicial. Distinguir entre estos escenarios es clave para formular una respuesta de salud pública efectiva y sostenida al SARS-CoV-2".
Los investigadores han llevado a cabo una simulación en la que analizan la estacionalidad de otros coronavirus y otros tipos de virus, para intentar predecir un modelo de transmisión compatible con el SARS-CoV-2: "Probablemente ocurrirán brotes recurrentes de SARS-CoV-2 durante el invierno después de la onda pandémica inicial más grave. Para evitar esto, el distanciamiento social prolongado o intermitente puede ser necesario hasta el año 2022”. Además, añaden: “Incluso ante el caso de una eliminación aparente del virus, la vigilancia del SARS-CoV-2 debería mantenerse, ya que un resurgimiento del contagio podría ser posible hasta 2024”, concluyen.
Adicionalmente, otras intervenciones, como una capacidad de atención sanitaria ampliada y una atención terapéutica efectiva mejorarían el éxito del distanciamiento intermitente y acelerarían la adquisición de la inmunidad colectiva.
La dinámica de transmisión pandémica y postpandémica del SARS-CoV-2 dependerá, según estos expertos, de factores que incluyen el grado de variación estacional de la transmisión, la duración de la inmunidad y el grado de inmunidad cruzada entre el SARS-CoV-2 y otros coronavirus, así como la intensidad y la temporalidad de las medidas de control.
Referencias:
'Projecting the transmission dynamics of SARS-CoV-2 through the postpandemic period'
Stephen M. Kissler, Science, 14 Apr 2020, DOI: 10.1126/science.abb5793
Fuente: Muy Interesante