FRANCIA. En medio del terror del covid-19, la foto de un beso se viralizó en redes sociales a mediados de mayo y en una sola imagen capturó al mismo tiempo lo terrible que es el covid-19, pero también la naturaleza humana: muestra a dos personas vestidas como astronautas tratando de besarse, pero sin poder tocar sus labios porque portan cubrebocas N95.
Es el amor en la era del virus y habrá quien diga una versión actual del Beso de Robert Doisneau, la famosa fotografía (posada) que mostraba a dos parisinos besándose frente al Hotel de Ville, en París. Los protagonistas de la nueva variante son dos médicos que trabajan en la primera fila de batalla contra el covid-19 en Ecuador, uno de los países más afectados por la pandemia en el planeta.
La historia enterneció a miles de usuarios por el mensaje que dieron David Vallejo y Mavelin Bonilla por medio de un cartel dividido en dos escenarios distintos: el primero en las salas Covid y el segundo, fuera de las instalaciones del Hospital IESS Quito donde ambos laboran.
David vive en Quito, tiene 27 años, lleva dos años trabajando como médico general y se encuentra en el área de emergencias. En cambio, Mavelin es de la Ciudad de Salcedo, tiene 26 años, lleva un año y medio trabajando y se ubica en el piso de hospitalización cuando son ingresados los pacientes. Sin embargo, ella tuvo que cambiar de residencia para entrar al nosocomio centinela de la red de salud de la capital.
Ambos tenían previsto casarse en mayo. Sin embargo, cancelaron la ceremonia luego que Ecuador reportara el primer caso de coronavirus el pasado 29 de febrero.
“Hoy era un día muy especial para ambos, sin embargo así es nuestra profesión, en vez de eso nos encontramos brindando nuestro grano de arena en esta pandemia”, dice una publicación que David subió a su cuenta de Facebook.
Los dos médicos se conocieron cuando eran estudiantes de medicina, además coincidieron en el mismo hospital durante las rotaciones prácticas. Tras cuatro años y tres meses de conocerse, tomaron la decisión de formalizar su noviazgo el 23 de mayo de este año, fecha que pospusieron por la emergencia sanitaria.
“El día que tomamos la decisión sí fue triste para David y para mí, porque ya había esperado ese momento y es inusual posponer la boda por una pandemia. No podíamos poner en riesgo a nuestra familia, amigos y comunidad”, comentó Mavelin en entrevista para MILENIO.
Se comprometieron en noviembre del año pasado y desde ese entonces, empezaron a planificar la boda, “hasta que empezaron los primeros casos del brote inicial en Wuhan, China, todavía nos manteníamos a expectativa de que no llegara para acá”, dijo la novia. Pero, señaló que al ver el alcance del virus, su transmisibilidad y comportamiento, tuvieron que parar la organización.
“Para ese entonces ya teníamos las invitaciones, eso ya estaba hecho; impreso en madera con la fecha del 23 de mayo, al igual que el vestido de mi novia y otros detalles. Cuando los casos ya empezaron a crecer en nuestro país, primeramente en Guayaquil, ya conversamos con nuestros padres.”, resaltó David.
Pese a ese panorama, los dos mantenían la esperanza hasta que las autoridades informaron de la imposición de medidas sanitarias de emergencia en territorio ecuatoriano. Las ministras de Gobierno, María Paula Romo, y de Educación, Monserrat Creamer, anunciaron el jueves 12 de marzo la suspensión de todos los eventos masivos y las actividades académicas en todo el país.
Por tanto, tres semanas previas a la boda, se sentaron analizar la situación que enfrentaba Ecuador -tercer país de Latinoamérica en reportar un caso-, concluyendo en cambiar la fecha “tentativamente para mediados del 2021”.
A la espera de ese aún lejano objetivo, el virus ha cambiado su calidad de vida: ambos llevan tres meses sin ver a su familia. Laboran 24 horas, entran a las 7 de la mañana y salen a las 8 del siguiente día, después de cambiarse el equipo de protección y desinfectarse. .
Para los dos trabajadores de la salud ha sido complicado este proceso, pero se mantienen en espera y con ansias de algún día ser marido y mujer, así como irse de luna de miel a Cancún para conocer la Riviera Maya. Concluyeron que esta publicación “será una anécdota para ellos y su familia, de cómo nunca bajaron la guardia y del gran amor que se tienen”.