INGLATERRA. Sean Walsh, joven británico, fue diagnosticado dos veces con cáncer; la primera, venció a la enfermedad con quimioterapias; la segunda, optó por terapias alternativas que le costaron la vida.
A los 17 años, Sean Walsh fue diagnosticado con linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer de sangre, pero los médicos les dieron grandes esperanzas de vida si tomaba el tratamiento adecuado, lo cual ocurrió.
Sin embargo, en menos de dos años, Sean y su familia recibieron una noticia devastadora: el cáncer había vuelto.
Esta vez, los médicos informaron al joven que con quimioterpias y tratamiento de células madre tenía un 50 por ciento de posibilidad de superar la enfermedad, pero él optó por rechazar el tratamiento.
En su lugar, decidió tratar el cáncer con terapias alternativas, basándose en teorías de conspiración en torno a la enfermedad de internet. Fue así que, cambió radicalmente su dieta, se volvió vegano, comió muchos alimentos crudos, tomó suplementos y vitaminas.
“Al principio yo pensaba: ‘¿cómo te vas a curar tu propio cáncer?’ Me impactó tanto que le dije: ‘La verdad es que no creo que debas hacer esto’”, contó Aimee, novia de Sean, a la BBC.
Sean Walsh comenzó a documentar su tratamiento en redes sociales. Incluso, publicó un video en el que celebraba que su terapia estaba funcionando.
“Como puede ver, esto realmente está funcionando, esto está curando mi cuerpo. ¿Quimioterapia?, ya la tuve, no me sirvió de nada. ¿Tiene sentido envenenarse de nuevo con buena salud?”, manifestó en su grabación.
Para “asegurarse” que su tratamiento estaba funcionando, el joven recurrió a la termografía, que usa una cámara infrarroja para tomar imágenes de calor del cuerpo; sin embargo, los médicos advierten que “hay evidencia de que la termografía sea una forma efectiva de detectar el cáncer o controlar su tratamiento”.
Pese a que la terografía señalaba que Sean Walsh estaba recuperándose, su estado de salud empeoró, hasta que fue trasladado de urgencia al hospital de Liverpool, donde el personal médico descubrió que tenía múltiples tumores en el estómago y el pecho.
Eventualmente recibió quimioterapia pero ya era demasiado tarde. Sean murió en enero de 2019.