Crean muñecos con mascarilla para crear conciencia en los niños por Covid-19

04 julio 2020
Noticias de Yucatán. 

No siempre es fácil generar conciencia a los niños de lo que significa vivir una pandemia: no salir a la calle, no quedar con los amigos, no poder ir al parque, ni poder abrazar a los abuelos si pueden ir a verles. Tampoco es sencillo convencerles de la importancia de las medidas de seguridad que deben tener ellos mismos, o sus padres. Eso de tener que lavarse las manos con detenimiento cada poco tiempo, cambiarse de ropa cada vez que se sale a la calle para hacerlo de nuevo al regreso, usar guantes o mascarilla, complemento que forma ya parte de nuestro día a día… y del suyo.

Los fabricantes de muñecas Brillindolls, de Alicante, han sido conscientes de esta realidad y han querido contribuir a esa concienciación haciendo lo que mejor saben hacer: juguetes. Así nacieron L@s guerrer@s contra la COVID-19, una colección de muñecas vestidas de sanitarios, con mascarilla incluida, para que los niños vean que hasta los juguetes deben cuidarse contra el virus. La idea fue de José Antonio Castro, propietario de Brillindolls. Aunque el origen fue aún más altruista: “En cuanto nos enteramos de la escasez de material sanitario quisimos ayudar. Primero nos ofrecimos a hacer mascarillas y batas. Pero no teníamos los certificados sanitarios necesarios. Así que decidimos hacer lo que mejor sabemos que, precisamente es aquello para lo que tenemos infraestructura”.

Como su interés no era lucrativo, sino contribuir a la mejora de las condiciones de los sanitarios, se pusieron en contacto con Médicos del Mundo para establecer una colaboración solidaria con ellos. “Elegimos Médicos del Mundo por su trayectoria, pero también porque ellos trabajan en más de 19 países y, de esta manera, nuestra colaboración podría llegar donde sea necesaria”, asegura Castro. Es la ONG quien se encarga de hacer uso del dinero recaudado.

Desde Médicos del Mundo acogieron la idea con mucha ilusión. Lo cuenta Susana Atienza, directora de Captación y Marketing de la organización: “Desde el principio nos encantó la idea porque estas muñecas son un homenaje y un reconocimiento a todo el personal sanitario que día a día combate esta enfermedad desde sus puestos de trabajo en hospitales, centros de salud... Son un vehículo perfecto para visibilizar y explicar a los niños y las niñas el valor del trabajo de todas estas personas y lo importante que es para el conjunto de la sociedad que acatemos las normas higiénico-sanitarias que nos indican las autoridades. Por ejemplo, la recomendación del uso de las mascarillas para evitar que los contagios se sigan produciendo” y que las propias muñecas llevan puestas.

Pero además, les va a ayudar a conseguir financiación destinada “a la respuesta que estamos haciendo a la emergencia en España. Esta respuesta incluye, por un lado, atención básica en temas sanitarios y de alimentación a personas de colectivos excluidos en nuestro país como personas sin hogar, inmigrantes y refugiados, personas que viven en asentamientos precarios, mujeres victimas de trata, etc. Por otro lado, estableciendo sistemas de protección y control de la infección para proteger al personal sanitario en hospitales”, comenta Atienza.

Y todo eso con el plus de que las muñecas, gracias a su aspecto, “pueden contribuir a romper estereotipos de género, mostrar la diversidad de una profesión tan vocacional como la del personal sanitario formada por médicos y médicas, enfermeras pero también enfermeros, auxiliares de enfermería, celadores y celadoras… profesionales entregados al servicio a los demás”.

En efecto, las muñecas no tienen una clara definición de género. Y se pueden elegir vestidas de diferentes colores (azul, blanco, morado y verde), las hay con pelo largo y corto, liso y rizado, rubio y moreno. Esta idea respondió, según fuentes de Brillindolls, a la intención de que “la mayoría de los sanitarios se puedan ver identificados con ellas, sentir una cierta afinidad y así, unirse a este proyecto solidario. De paso, los niños y niñas podrán elegir el color que más les guste.” Castro también quería que los pequeños que jueguen con uno de estos sanitarios entiendan que son “personas que luchan por el bienestar de otros y que lo hacen de manera incondicional. Y tal vez vean el reflejo de su propio médico, o de quien curó a un familiar. Incluso puede ayudar a provocar la vocación sanitaria en sus propietarios”.

El País

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