La prueba de antenoche en el estadio Hard Rock fue demasiado
sencilla, pero Saúl Álvarez (55-1-2, 37 KO’s) sabe que la del 8 de mayo será
complicada. En su intento por ser el campeón absoluto de los supermedianos, el
Canelo se medirá con el británico Billy Joe Saunders (30-0, 14 KO’s), monarca
de la Organización Mundial de Boxeo, quien —desde ya— es puesto por el tapatío
en un nivel mucho mayor al del turco Avni Yildirim.
“Es un peleador muy distinto a los que he enfrentado: zurdo,
que se mueve mucho, su estilo es muy complicado, pero soy un boxeador con mucha
experiencia y tengo que adaptarme a cualquier estilo”, sentencia el actual
campeón del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial (AMB).
“Su estilo es escurridizo… Sabemos de las capacidades que
tiene, además de que es hablador, pero estamos listos para eso”, agrega. “Me
motiva mucho tener una meta a corto plazo, que es ganar los títulos”.
Si consigue el triunfo, Álvarez iría —en el fin de semana
patrio de septiembre— contra el poseedor del cinturón de la Federación
Internacional de Boxeo (FIB), en este momento en poder del estadounidense Caleb
Plant.
Pero el primer paso se apellida Saunders, a quien Eddy
Reynoso —manager del Canelo— define como un púgil que “mueve muy bien las
piernas, tiene bastantes combinaciones, buena defensa. Va a ser un peleador
difícil, porque es técnico y tiene muchas capacidades boxísticas”. Reto
completamente distinto al que tuvo en el hogar de los Dolphins de Miami.
Álvarez está consciente de que las críticas volvieron, pero
insiste en que está tranquilo consigo mismo. “Lo que diga la gente… Peleé con
Callum Smith, quien es el número uno en las 168 libras, un gran boxeador, y
pusieron muchos peros”, recuerda, molesto. “Nunca los voy a tener contentos, y
no me interesa. Estoy haciendo mi carrera y, al final, se van a ver los
números”.