Este sábado la fronteras entre México y Estados Unidos desaparecerá, cuando más 100 familias puedan abrazarse durante tres minutos a la mitad del río Bravo, en un acto de esperanza y amor, pero también de protesta contra las políticas migratorias y prácticas inhumanas que niegan a las personas la dignidad, el respeto y la seguridad que merecen, destacó Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, por sus siglas en inglés).
Tras ser suspendido en 2020, debido a la pandemia por Covid-19, el evento Abrazos, no muros o Hugs, not walls, se llevará a cabo este año en coordinación con la Alianza Reforma Migratoria para Texas (RITA, por sus siglas en inglés), y el copatrocinio del Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos y el Ministerio de Paz y Justicia de la Diócesis Católica de El Paso.
También participará la congresista de Texas Verónica Escobar; el obispo de la diócesis de El Paso, Mark J. Seitz; el pastor Michael E. Grady, líder religioso local y miembro de la Junta de BNHR; el senador texano César Blanco; el comisionado del condado de El Paso, David Stout; los miembros del Consejo de la Ciudad de El Paso, Alexsandra Annello y Peter Svarzbein; Carlos Marentes, fundador y director del Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos; y Marco Raposo, director del Centro de Paz y Justicia de la Diócesis Católica de El Paso.
“El evento organizado por BNHR y RITA ofrece a las familias separadas por las crueles políticas de inmigración una oportunidad para abrazarse después de estar separados durante años”, informaron las organizaciones a través de un comunicado de prensa.
Los asistentes del lado estadounidense se reunirán en el Parque Chihuahuita, 400 Charles Rd, y tendrán que estar vacunados contra el Covid-19, mientras que quienes acudan por territorio mexicano se congregarán en la intersección del boulevard Bernardo Norzagaray y calle Oro, frente a la tienda Del Río, y deberán estar vacunados o contar con una prueba de Covid-19 con resultado negativo.
“Para salvaguardar el bienestar de los participantes, todos los asistentes deberán llevar mascarillas durante el evento”, se informó.
“Después de un año difícil durante el cual nuestras comunidades experimentaron una inmensa pérdida, BNHR está emocionado de organizar una vez más Hugs, not walls y crear un espacio muy necesario para la esperanza, el amor y el cuidado de nuestras comunidades”, señaló García.
Agregó que en “esos preciosos minutos de reunificación de las familias, ofrecen un vistazo a un marco alternativo de acogida para nuestra frontera, la Nueva Isla de Ellis, y para nuestra nación en su conjunto que se basa en la compasión, la responsabilidad, la transparencia y la solidaridad para construir instituciones, políticas y comunidades más justas”, concluyó.
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