UNA FAMILIA quedó sorprendida luego de cremar al que creían
que era su gato mascota, pues luego de incinerarlo vieron cómo el animal
regresaba a casa vivito y coleando unos días después.
La familia Fitzsimons, de Cheshire, Inglaterra, tiene un
gato atigrado de 16 años llamado Frankie, el cual se extravió el 19
de mayo. La familia lo buscó en el área, con la ayuda de sus vecinos, pero no
lograron hallarlo.
Días después, Rachel Fitzsimons conducía por la autopista
cuando vio a un gato muerto idéntico a Frankie. Ella y su esposo John
trataron de acercarse lo suficiente para ver si realmente era Frankie, pero
el gato estaba tan gravemente lesionado que la pareja no pudo confirmar si se
trataba de su mascota.
Rachel declaró al diario Warrington Guardian: “Las
marcas eran iguales a las de Frankie y nosotros vivimos cerca [de la
autopista], así que estábamos seguros de que se trataba de él”.
El matrimonio se puso en contacto con Highways England, la
empresa que da mantenimiento a los principales caminos de Inglaterra, donde
inicialmente pensaron que se trataba de un tejón, de acuerdo con una
publicación de Facebook hecha por Rachel.
Pero, cuando volvieron a revisar, recogieron al gato y
confirmaron que sus marcas coincidían con las de Frankie. Sin
embargo, no pudieron escanear el microchip del animal.
La familia Fitzsimons recogió al que creían que era su gato
y lo hicieron cremar. Debido a que Frankie solía dormir en la cama de su hijo
Remy, de siete años, conservaron las cenizas del animalito en la habitación del
niño.
Sin embargo, unos días después, John creyó escuchar a Frankiey
corrió hacia la puerta trasera: Frankie había regresado.
Rachel dijo al Warrington Guardian: “Se veía
desaliñado, estaba muy flaco y maullaba para que lo dejáramos entrar como si
nada hubiera pasado”. Y luego declaró a la BBC que Frankie estaba “débil y
hambriento, pero vivo”.
Indicó que toda la familia se puso a llorar y que estaban
muy conmovidos. Cuando el gato apareció, Remy dijo: “Es un milagro. Creímos que
había muerto”, según informó la BBC.
Rachel añadió: “Tiene mucha suerte. Nos gustaría saber a
quién pertenecía la mascota a la que cremamos”.