Resulta sorprendente que EEUU aún tenga margen para incrementar su presión sobre China. Pero sí, lo tiene. Las sanciones que ha desplegado durante los últimos cinco años y en las que se han visto involucrados sus aliados persiguen, según el Gobierno estadounidense, impedir que el país liderado por Xi Jinping utilice tecnologías avanzadas de origen occidental para desarrollar su capacidad armamentística. Y en este contexto hay dos recursos que interpretan un rol fundamental: los equipos de litografía y los chips para inteligencia artificial.
Actualmente las sanciones impiden a los fabricantes más importantes de máquinas litográficas, como ASML, Tokyo Electron, Nikon o Canon, vender a las empresas chinas sus soluciones más sofisticadas. Y con los circuitos integrados sucede esencialmente lo mismo: NVIDIA, Intel, AMD y los demás diseñadores de microprocesadores no pueden vender en el mercado chino sus chips más avanzados. El panorama para NVIDIA es especialmente peliagudo. China es un mercado muy importante por su volumen y perderlo no es una opción.
Jensen Huang, el director general de NVIDIA, ha mostrado su preocupación en muchas ocasiones. Lo que defiende es razonable: si EEUU y sus aliados no le venden, China desarrollará su propia tecnología. Tiene la capacidad económica, científica y técnica para hacerlo. Y ya lo está haciendo. Inicialmente la Administración estadounidense prohibió a NVIDIA vender a China sus GPU más avanzadas para inteligencia artificial, los modelos A100 y H100, por lo que la compañía de Huang recortó sus prestaciones y puso a punto los chips A800 y H800, que satisfacían los requisitos impuestos por el Gobierno de EEUU. Hasta ahora.
EEUU va a expandir ya sus sanciones
La Administración liderada por Joe Biden está trabajando actualmente en un nuevo paquete de prohibiciones que presumiblemente entrará en vigor el próximo 16 de noviembre. Su propósito es impedir la llegada a China y los países afines, entre los que se encuentran Rusia e Irán, de muchas tecnologías que hasta ahora estaban siendo comercializadas legalmente en estos mercados. La eficacia de estas prohibiciones está actualmente en entredicho debido a que China y Rusia están consiguiendo, probablemente sin dificultad, los chips que necesitan mediante vías de importación paralelas, pero es evidente que EEUU quiere ponérselo lo más difícil posible.
El Departamento de Comercio de EEUU ha anticipado cuál es su estrategia y qué empresas extranjeras pasan a estar incluidas en su lista negra
Aún no conocemos con todo detalle el alcance de las nuevas sanciones, pero el Departamento de Comercio de EEUU, que es la institución que controla las exportaciones, ha anticipado de forma oficial cuál es su estrategia y qué empresas extranjeras pasan a estar incluidas en su lista negra.
Curiosamente el parámetro en el que se fija ahora para identificar los chips que no pueden ser vendidos a China y los países de su órbita ya no es su capacidad de transferencia de información; en adelante el factor crucial será su rendimiento. Y esto tiene una consecuencia fatal para NVIDIA: ya no podrá vender a sus clientes chinos tampoco los chips A800 y H800, entre muchos otros que quedan fulminantemente prohibidos en los mercados que para EEUU son conflictivos.
Como he mencionado unas líneas más arriba, esto no va solo de circuitos integrados. El nuevo paquete de sanciones también impedirá que lleguen a China y su órbita algunos de los equipos de litografía que actualmente sí están llegando. Y varias empresas chinas que hasta ahora en gran medida habían logrado esquivar las sanciones, como Biren o Moore Threads, ya no se escaparán.
Estas son dos de las compañías que pasan a estar en la lista negra de EEUU, por lo que presumiblemente las empresas estadounidenses, europeas, surcoreanas, taiwanesas y japonesas van a tener serias dificultades para sostener su actividad comercial con ellas. Sobre el papel este paquete de sanciones va a ser el más agresivo desplegado por el Gobierno de EEUU hasta ahora.
Más información: Reuters | DigiTimes Asia