Condenan a 6 mexicanos a 10 años de cárcel en El Salvador por narcotráfico

28 mayo 2024
Noticias de Yucatán. 

San José. Un tribunal salvadoreño condenó este lunes a 10 años de cárcel por narcotráfico a cada uno de una pandilla de seis mexicanos detenidos en 2022 en aguas de El Salvador sobre el Océano Pacífico con un cargamento de cocaína valorado en más de 20 millones de dólares.

La Fiscalía General de El Salvador informó que los mexicanos fueron identificados como José Martín Ojeda Santos, Noé Mendoza López, Gabino Elorza Santos, Iván García Mendoza Gildardo Lavarriaga Rodríguez y Jesús Daret Nicanov Rodríguez.

Las sentencias por las acusaciones de tráfico ilícito de drogas en la modalidad de transporte marítimo fueron impuestas por el Tribunal Tercero de Sentencia, de San Salvador. El juicio empezó el 13 de este mes.

No hubo precisión acerca de si los seis pertenecen a los cárteles de Sinaloa o al de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que asumieron en los últimos 15 años las más importantes operaciones de contrabando de cocaína de Colombia a Ecuador por un corredor marítimo sobre el Océano Pacífico utilizado para traficar drogas del sur al norte de América.

La Fiscalía recordó que los mexicanos fueron capturados el 4 de mayo de 2022 por la Fuerza Naval de El Salvador, en una operación en la que viajaron a bordo de una lancha para transportar la droga.

El cargamento, de un total de 809 paquetes de cocaína, con un peso individual aproximado de un kilogramo y una pureza del 84, fue valorado en 20 millones 338 mil 260 dólares, informó la Fiscalía.

El cálculo del valor del estupefaciente fue hecho por la División Antinarcóticos de la Policía Nacional Civil (PNC) de El Salvador, precisó.

La mercancía, camuflada en 28 bultos, fue transportada desde América del Sur en una lancha equipada con tres motores.

El Salvador: punto estratégico para el corredor de trasiego de droga

De acuerdo con los registros oficiales, los seis fueron detectados, sorprendidos y detenidos a 480 millas náuticas al sur de la Bocana El Cordoncillo, ubicada en el sur-central departamento (estado) de La Paz, que tiene litoral sobre el Pacífico.

Tras ser interceptados en el mar por las autoridades navales salvadoreñas, fueron trasladados a tierra firme y el 9 de mayo ingresaron a una base militar de El Salvador.

Por su ubicación geográfica frente al Pacífico, estar en la ruta del corredor marítimo y tener fronteras terrestres, aéreas, marítimas y fluviales por el norte con Guatemala, El Salvador se convirtió en este siglo en un paso crucial para tráfico ilícito de drogas desde Colombia y Ecuador a México y Estados Unidos.

La vecindad de El Salvador con Guatemala se afianzó como un factor esencial del fenómeno criminal salvadoreño. Aparte del envío de droga por mar también persistió el de los mecanismos terrestres, con un trayecto procedente del nororiente salvadoreño en la frontera con Honduras por el que se trasladó cocaína hacia el suroccidente en el límite con Guatemala.

El territorio guatemalteco, sus costas en el Pacífico y en el mar Caribe, sus trillos aéreos y sus pasadizos fluviales permitieron consolidar a Guatemala desde al menos los últimos 20 años del siglo XX como una de las principales plataformas de las mafias mexicanas para el contrabando de narcóticos ilegales desde Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú, en un nexo con sus vecinos de Centroamérica.

En julio de 2023, y en las inmediaciones de la misma zona marítima del decomiso de mayo de 2022, tres mexicanos y tres ecuatorianos fueron detenidos por la Fuerza Naval con más de una tonelada de cocaína valorada en unos 27 millones de dólares y en un caso judicial todavía en proceso, según los recuentos oficiales.

Centroamérica emergió desde 1970 primero como puente del tráfico internacional de estupefacientes a México y EU, pero en el siglo XXI pasó a ser bodega de almacenamiento para el reenvió en especial de cocaína elaborada en Colombia, principal productor mundial de ese alcaloide.

Centroamérica se posicionó en el siglo XXI como puente y bodega de la cocaína (también heroína), así como enlace del lavado de dinero, trampolín y receptor de drogas sintéticos y de precursores químicos desde y hacia México.

El istmo también operó al menos desde 2017 como base de cultivos ilícitos de hoja de coca, materia de prima de la cocaína, en Honduras y Guatemala.

Guatemala reafirmó. desde el siglo XX, una práctica ancestral con la siembra de amapola, materia prima de la heroína. Las cargas de amapola fueron vendidas por campesinos guatemaltecos a narcotraficantes mexicanos que operaron laboratorios clandestinos en la frontera de Guatemala y México para producir heroína.

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