Para el primero, se trató de un caso más de ataques contra quienes disienten del gobierno del Estado. El PRI criticó que el PAN lo utilice para atacar al Ejecutivo y sacar provecho electoral.
“Es lamentable la agresión que sufrió el diputado, como la de cualquier persona, pero más lamentable es que quiera usarlo electoralmente”, declaró el diputado federal priista Felipe Cervera Hernández.
“Pero mucho más lamentable lo es el oportunismo de los panistas, que en su desesperación porque se saben perdidos hasta de eso se aprovechan”, añadió.
Otro diputado priista, pero local, Gaspar Quintal Parra, lamentó la agresión a su compañero de bancada, pero dijo que “lo peor es el oportunismo de los panistas que ahora lo aprovechan para sus campañas”.
Cervera Hernández indicó que le llama la atención que Peraza Valdés se negara a denunciar.
“¿Quién sigue?”, se preguntó el senador panista Hugo Laviada Molina. “No es un caso aislado, todo porque el diputado no está de acuerdo con la gobernadora Ivonne Ortega”.
El legislador recordó que el ex alcalde de Dzemul Eduardo Chuc también fue atacado en su persona y sus bienes.
“Lo mismo pasó con los jóvenes que tenían camisetas por la rechifla que le dieron a la gobernadora en la función de boxeo”, indicó Laviada Molina.
“El caso de Lolbé Carrillo Jiménez es agresión, aunque se hizo con interpretaciones dolosas de la ley”.
Peraza Valdez, continuó, no ha estado de acuerdo con la actual administración, a pesar de que es priista. “Por eso le están haciendo todo esto”.
La agresión al diputado, dijo, no es casualidad, pues era algo advertido. “El gobierno y su partido están desesperados, recurren a todo. Incluso en varios municipios hay gente de otras partes del país vigilando a quienes no son del PRI”, señaló.
Por medio de un escrito, el senador panista Alfredo Rodríguez Pacheco expuso su postura sobre este caso. A continuación, algunas de sus opiniones: —Como el mismo diputado Peraza Valdez refiere, la agresión es una enésima muestra del carácter represivo del gobierno estatal. Es un acto intimidante con dedicatoria para todos aquellos que disienten del Ejecutivo. El Congreso del Estado, las agrupaciones civiles y la sociedad, en general, deben exigir el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los responsables —materiales e intelectuales— de la golpiza al legislador.
Viene a ser una acción que enturbia más el proceso electoral en el que los ciudadanos desconfían de las autoridades del ramo. Preocupa la tibieza del Ipepac ante denuncias de la oposición por la destrucción de propaganda y violencia contra sus militantes.
Si mandan a golpear a un diputado disidente de su propio partido, que no harán contra un simple ciudadano que piense distinto del Ejecutivo.
En caso de denuncia del legislador ante la Codhey, ¿actuará este organismo de la misma manera que en el caso de los vendedores de playeras con el lema de “Yo chiflé a Ivonne”?, demorando indefinidamente su resolución sobre el particular. ¿Actuará la PGJE con suficiente autonomía para establecer los canales de investigación de la agresión? Nada más faltaría que determinaran que el diputado se infligió a sí mismo sus heridas o que fue por alguna causa ajena a la política, como deudas monetarias, líos de faldas o simple pleito callejero. No sería la primera vez que autoridades emanadas de administraciones priistas recurrieran a estas mentiras para confundir a la opinión pública.