Noticias de Yucatán
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Peligros para la profesión en el territorio nacional
La periodista Daniela Rea Gómez, de la asociación civil Red de Periodistas de Pie, afirmó ayer que la única forma de evitar la impunidad y la violación a los derechos humanos es que los procesos judiciales sean impecables y que el sistema de justicia respete el derecho de las víctimas y el de los criminales.
Durante su participación en la II Jornada de Promoción y Protección de los Derechos Humanos y en una entrevista con el Diario, Daniela Rea y los periodistas Pablo Ferri Tórtola y Juan Carlos Pérez Salazar coincidieron en que el periodismo es fundamental para sacar a luz pública los abusos de poder y las violaciones de las garantías individuales.
También consideraron que ejercer el periodismo en México es peligroso.
LOCAL
Agenda | Invitados
Hoy, a las 7 de la noche en el CUM de la calle 60 Norte, hablarán de Ayotzinapa.
Ponentes
Rafael López Catarino, padre de un normalista desaparecido, dará su testimonio del caso, al igual que el alumno Felipe de Jesús Rodríguez Estrada.
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Un arma a favor de los derechos
Periodismo, clave contra el abuso de las autoridades
Desde la perspectiva de los reporteros Pablo Ferri Tórtola, Juan Carlos Pérez Salazar y Daniela Rea Gómez, el periodismo es imprescindible contra el abuso de poder y las violaciones a los derechos humanos porque ejerce una función de fiscalización.
Ferri Tórtola, joven periodista español ganador del premio Ortega y Gasset 2014 por el reportaje “Narcotráfico en el corredor centroamericano” y quien sacó a la luz pública el caso del Ejército y la matanza de 22 personas en Tlatlaya, dice que como no hay instancia pública o privada que cuestione la versión oficial en el ejercicio del poder, ese trabajo le corresponde a los periodistas porque si no nadie lo va a hacer.
“Es importante que no sólo los periodistas sino cualquier persona interesada en lo que ocurre en su país cuestione y critique el abuso de poder”, señaló. “Nosotros los periodistas tenemos que ir más allá de la pregunta”.
El periodista colombiano Pérez Salazar, corresponsal de la BBC de Londres en México y Latinoamérica, consideró que en materia de derechos humanos el periodismo suple el vacío de la falta de denuncias a las violaciones de las garantías humanas e individuales porque sacar a la luz pública los hechos educa y sensibiliza sobre la importancia de la querella.
“Cuando se habla de abusos es hablar del Estado, que tiene el poder y las fuerzas armadas”, subrayó. “El periodismo es una labor de fiscalización, sobre todo en América Latina. Creo que tanto la denuncia como el periodismo son importantísimos para la defensa de los derechos humanos”.
Para Daniela Rea, reportera del diario “Reforma” e integrante de la Red de Periodistas de a Pie, el periodismo tiene la obligación, es su razón de ser, darle claridad y con una narrativa veraz, sobre todo el enredo del poder, que busca perpetuarse.
“No hay un ente público que se encargue de la protección y defensa de los derechos humanos, y menos lo hará el gobierno al que no le interesa”, señaló. “Las oficinas de prensa son más sofisticadas para ocultar información, por lo que el periodista tiene que hacer la chamba. El problema es cuando el periodismo maquilla u oculta información, como ocurrió en la visita que realizó Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana donde le arrojaron un zapato y se escondió en el baño, y la cadena de medios de Vázquez Raña publicó que fue un éxito esa visita”.
Los tres destacados periodistas participaron ayer en la mesa panel “El derecho a la información como mecanismo de promoción de la seguridad ciudadana en México” en la Universidad Marista, una de las sedes de la II Jornada de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, que se realiza en esta ciudad.
Ferri Tórtola advirtió que si el periodista se “naturaliza” con los hechos pierde la capacidad crítica, sea en forma consciente o inconsciente. Ya no es capaz de ver las barbaridades donde existen, como ocurrió en la bodega rural de Tlatlaya donde soldados del Ejército mataron a 22 personas.”Los periodistas de AP y nosotros lo vimos porque quizá somos de afuera y no estamos embrutecidos por la rutina de muchos años sobre la violencia”, explicó Ferri.
Los periodistas coincidieron en que los reporteros mexicanos no son cómplices de la impunidad ni en hechos delictivos ni en la violación de los derechos humanos, pues es sumamente peligroso el ejercicio de esta profesión en este país. Incluso, Daniela Rea enfatizó que un periodista es más útil vivo que muerto. Sin embargo, hay reporteros de provincia que son héroes porque aun con el peligro publican las atrocidades oficiales como ocurrió en Michoacán o Guerrero, donde tenían fuerte presión de los carteles del narcotráfico, el gobierno y la policía.
“Muchas veces no se publican casos no por los periodistas, sino porque los medios tienen intereses económicos y políticos”, recalcó el corresponsal de la BBC. “En América Latina hay una alineación de los medios al poder. Consideraron que en México falta una estrategia como la que aplicó la prensa colombiana en la guerra contra los carteles: todos publicaban el mismo día los acontecimientos delictivos.-Joaquín Chan Caamal
Periodismo | Riesgos
El periodista español Pablo Ferri considera que este oficio es peligroso en México.
Investigación
Ferri Tórtola manifestó que los reporteros que tienen su base en la ciudad de México y van a una zona de conflicto varios días solemos sufren el problema de la inseguridad, y el reportero local que ayuda a conseguir la información o contactos se queda en la ciudad y sufre de amenazas o levantones.
Agresión en Seyé
El periodista español se refirió a la agresión contra Edwin Canché Pech, colaborador del Diario, en Seyé. “Le cayeron a golpes porque sacó una foto. Es una realidad, el oficio de reportero sí es peligroso, no es un mito”.
Otras agresiones
Otro tipo de agresiones contra los reporteros son cerrar las fuentes de información, negar las entrevistas, acudir a zonas de conflicto sin seguro de vida o condicionar el trabajo a ciertas circunstancias.
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“Ése fue el hilo que teníamos que jalar”
Pablo Ferri relata su investigación del caso Tlatlaya
El periodista español Pablo Ferri Tórtola contó ayer al Diario la forma en que investigó y llegó al fondo de la matanza de Tlatlaya, un caso que conmocionó al país y derivó en un reconocimiento judicial del Ejército mexicano de que tres de sus soldados dieron muerte a 22 personas en una bodega de ese poblado del Estado de México.
La investigación de Ferri Tórtola, que se volvió un caso emblemático del periodismo de investigación, se inició el 30 de junio del año pasado cuando el Ejército informó que hubo un enfrentamiento a tiros entre uno de sus convoyes con un grupo de delincuentes en una bodega rural de Tlatlaya.
Semana y media después de los hechos, la agencia AP saca un reportaje donde cuestiona la versión oficial con base en el peritaje del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. Ese peritaje, explicó el periodista, dice que la bodega no presenta signos de un enfrentamiento que hubiese llevado a la muerte a 22 personas. Esa valoración apuntó a los huecos de bala en las paredes, en la fachada, manchas de sangres en las paredes laterales del fondo del local acompañados de disparos de bala. Eso hizo pensar en que pudieron ser ejecutados.
Con esa premisa, dice Ferri, “empezamos a buscar por un lado a colegas que trabajaban por la parte de zona caliente, en Tlatlaya y los pueblos por la parte del Estado de México y en Guerrero”.
“Nos pusimos a leer todo lo que escribieron en los periódicos, blogs y redes sociales sobre el caso”, continuó. “En una semana juntamos material para una nota, pero leímos que el alcalde de Arcelia, un municipio de Guerrero y que está a una hora de la bodega, declaró que una de las muertas era una niña de ese pueblo y que su madre atestiguó, no sé si dijo, la ejecución o matanza. Ése fue el hilo que teníamos que jalar”.
“Empezamos a buscar a la señora. Tardamos un mes más o menos hasta que contactamos a una persona que aceptó ayudarnos”, recordó. “Por eso destaco la importancia de los reporteros locales. Él nos presentó con las personas, médico, abogado de la Fiscalía. Es así como entiendes cómo funciona la dinámica en el pueblo. Te das cuenta de que la población le tiene más miedo al gobierno, a las fuerzas militares y los policías que al narco”.
“Localizamos a los padres de la niña y nos explican lo ocurrido. Cotejamos con Sedena y fiscalías para que no nos vayan a sorprender, y luego lanzamos la reconstrucción periodística con el relato de Julia, que era un nombre falso, pero con una versión verdadera sobre la masacre”.
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