STAFF SOL YUCATÁN.- "A quienes sorprenda subiendo al "face" cosas negativas de mi patrón (Rolando Zapata Bello) o de su familia, lo desaparezco. Ustedes saben que somos nosotros los que hacemos el trabajo sucio del gobierno, Yo tengo todo el respaldo para tomar decisiones. Así que al que pesque subiendo pendejadas a las redes, simplemente le parto la madre y lo desaparezco y ustedes saben que puedo hacerlo".
Así lo dijo a sus hombres Sergio Martín Vadillo Lora, entonces jefe de Despacho del gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, durante una reunión de "trabajo con su equipo"; un grupo de choque de 200 sujetos, a cuyos golpeadores paga en efectivo para que no figuren en la nómina, de tal suerte que no hay registro alguno de sus servicios. El clan de los Vadillo Lora, lo encabeza Sergio, el mayor de los hermanos, quien al igual que su consanguíneo Diego, han ocupado lo mismo la jefatura del Despacho del gobernador, que han sido secretarios privados o particulares, para desde ahí operar de distintas maneras en sus encargos y así cuidar los intereses de su patrón.
Una de esa encomiendas, es proteger a su otro hermano, José Luis,
quien en un tiempo trabajó como empleado "de confianza" en el Centro
de Comunicaciones, Cómputo, Control y Comando (C4), el más importante
centro de acopio de información, de donde aún obtiene informes
privilegiados.
Informes confidenciales de dicho centro, señalan que los Vadillo van
desde el tráfico de influencias en dependencias gubernamentales del
estado, hasta la protección a ladrones, pasando por la venta y
aprovechamiento de información confidencial, que les suministra su
hermano José Luis.
Como Jefe de Despacho, Sergio ha protegido en innumerables ocasiones a
José Luis, que es precisamente quien le filtra valiosa información de
funcionarios del gabinete, en cuanto a sus gustos, aficiones o
debilidades, lo mismo que de acaudalados personajes o empresarios a
los que terminan extorsionando.
Según testimonios de vecinos de Sergio, antes de ser el secretario de
Zapata Bello, debía hasta sus tarjetas de crédito por lo que tenía que
obtener prórrogas con elevados intereses o de plano ocultarse para no
pagar.
Pero esa situación cambió cuando conoció a su "mecenas", Rolando
Zapata Bello, que no sólo lo llamó a colaborar con él, sino que
llevara también a su hermano Diego y después a José Luis, con lo que
quedó conformado el clan Vadillo Lora.
Sin embargo, algunos de los mismos hombres de "su equipo", comentan
que tarde o temprano Sergio va a cometer un error, por su enorme
afición a la bebida que lo hace desbarrar, ya que bajo el influjo del
licor, presume del poder que asegura tener sobre Zapata y revela
asuntos muy confidenciales, como la supuesta existencia de cierta dama
que radica en Miami Florida.
"Lo tengo controlado, le sé muchas cosas y por eso me tiene que
aguantar", ha dicho durante sus francachelas a sus amigos de parranda.
A raíz de que los hermanos Vadillo se relacionaron con Zapata Bello,
de clasemedieros pasaron a millonarios, ya que compraron al menos
media docena de casonas antiguas, en la misma colonia, las que
transformaron en verdaderas residencias, una de ellas en la Calle 39,
esquina con la 72 A y la 74, cerca de la Secretaría de Seguridad
Pública.
José Luis, el benjamín de la familia, no tiene empleo fijo y para
encubrir sus labores de espía, a través de sus contactos en el C-4,
dice dedicase a la compra-venta de objetos usados, aunque se rumora
que son fruto de los constantes robos a casas y residencias de la
zona.
"Soy comprador de bue fe", ha declarado las pocas veces que lo han
detenido y de las que lo han salvado sus hermanos.
Sergio aprovecha la información que obtiene de su hermano José Luis,
mediante ex compañeros del C-4, para extorsionar a los grandes
empresarios o políticos que tienen vínculos con el crimen organizado,
los que evaden impuestos, los que deben algo y no quieren pagar, es
decir, todo aquel que tiene algo que ocultar.
El padre de los Vadillo, al que apodan "El Pepo", es muy conocido por
el rumbo de Santa Ana, donde se ubica la Secretaría de Seguridad
Pública, está relacionado con el lupanar "Huolpoch", localizado sobre
la calle 39, entre la 62 A y la 64, donde se expende licor y,
presumiblemente, enervantes, durante las 24 horas del día.
El prostíbulo ha sido cerrado ya varias veces, al descubrir la
presencia de menores de edad, tanto ingiriendo licor como ejerciendo
la prostitución, pero las mismas ha sido reabierto por las influencias
de los Vadillo.
Se dice que la familia Vadillo, "lavó" dinero a través de la compra
del predio 523 D de la calle 39, mismo que restauró y transformó.
Le cambiaron pisos por unos más lujosos, ventanas, aire acondicionado,
Se hizo un gasto multimillonario y el predio quedó convertido en un
enorme y lujoso prostíbulo, con escenario formal, tubos, pasarelas y
pistas.
Los fines de semana se llevaban a cabo fiestas en las que abundaba el
alcohol, sexo y drogas, con la presencia de bellas mujeres jóvenes y
de clase, contratadas ex profeso en una casa de scorts, A esas fiestas
privadas acudían políticos y funcionarios de primer nivel del gobierno
estatal.
Ante los constantes escándalos y escenas bochornosas de ebrios y sexo
servidoras a plena luz del día, los dueños de los predios contiguos
presentaron innumerables quejas y denuncias, pero al ver que nada
ocurría, terminaron por vender sus propiedades a los hermanos Vadillo.
Así, se hicieron del predio número 532 K y después del 523 M, donde
instalaron un gimnasio climatizado, con lo último en equipo
profesional, escaladoras, caminadoras y ofrecimientos a clientela
selecta de "masajes especiales de relajación".
Pero esos son los negocios directos de los Vadillo, aunque, según
reportes del mismo C-4, desde las mismas oficinas del gobierno del
estado, con la venia del secretario de Gobierno, Roberto Rodríguez
Asaf, los hermanos Sergio y Diego incurren en diferentes ilícitos.
Tráfico de influencias en dependencias gubernamentales, venta y uso de
información confidencial, encubrimiento a delincuentes, a través de su
hermano José Luis, líder de una red de criminales que opera en todo el
estado y con total impunidad, gracias a los cargos de sus hermanos.
En el 2015, Sergio operó como coordinador general de la campaña del
PRI en Mérida. Su encomienda era llevar al triunfo a Nerio Torres
Arcila, como presidente municipal de Mérida.
Pero fue a la inversa, utilizó todas sus malas artes para hacer
fracasar, por segunda vez a Nerio, quien ganó fue el panista, Mauricio
Vila Dosal. En esa misma acción, también contribuyó para que perdiera
Lorena Farah, que iba por el V distrito.
De la misma manera que intervino para que en aquella ocasión perdiera
Nerio, ahora Sergio interfiere en el proceso interno del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) con la intención de "reventarlo".
El diputado local, David Barrera Zavala y el regidor meridano Tonatiuh
Villanueva Caltempa, denunciaron que Vadillo Lora obliga a empleados
del Gobierno del Estado a afiliarse al PRD para inflar el padrón e
inclinar la balanza hacia el actual dirigente del Sol Azteca,
Alejandro Cuevas Mena.
El modus operandi de Sergio es el siguiente:
Los directores de área del Gobierno Estatal, deben conseguir alrededor
de 50 credenciales de los empleados del Ejecutivo, para que puedan
afiliarse al Sol Azteca.
Esa misma acción la realiza Raúl Romero Chel, alcalde perredista de
Oxkutzcab, que en días pasado repartió a través de una operadora más
de mil despensas, a cambio de las copias de la credencial para votar.
Uno de los últimos casos de abuso por parte del clan Vadillo, es el de
Eric Manzanilla Gómez, reconocido periodista yucateco, quien acusa a
Rolando Zapata Bello, de acoso, vigilancia con autos del gobierno
estatal, espionaje telefónico, intimidación y robo de información de
sus cuentas de correos electrónicos, a través de los Vadillo.
El comunicador, señala directamente a Sergio Vadillo Lora, quien ocupó
el cargo de secretario particular del gobernador Zapata Bello hasta el
año 2015, y ahora es el coordinador de Proyectos Especiales o
Estratégicos del Gobierno del Estado, mientras que su hermano Diego es
el actual secretario particular.
Manzanilla Gómez, dice que es Sergio quien regula las relaciones del
gobierno estatal con los medios de comunicación en el Estado, desde la
campaña que llevó al poder a Zapata Bello, pero que aprovecha su
condición gubernamental para tratar de violar la libertad de
expresión.
Remarcó que es Sergio el que contacta a los medios informativos
estatales, ya que Fernando Castro Novelo, director de Comunicación
Social, está relegado de toda responsabilidad en ese rubro, ya que es
mantenido en el puesto sólo por amistad con el mandatario yucateco.
En su denuncia, el veterano periodista dijo que le fue sustraída
importante información de sus cuentas de correos electrónicos y que ha
tenido problemas para acceder a las mismas.
José Sánchez López de Sol Yucatán