Noticias de Yucatán
(apro).- En la apertura de audiencias de sentencia contra
el exmédico de la selección de gimnasia de Estados Unidos, Larry Nassar, en
Lansing (Michigan), más de una decena de mujeres deportistas y familiares
denunciaron ante la jueza Rosemarie Aquilina, responsable del caso, las
monstruosidades que les tocó vivir en manos del acusado.
De acuerdo con un despacho informativo de la
agencia EFE, todos y cada uno de los
testimonios de las deportistas y familiares mostraron el calvario por el que
les ha tocado vivir durante tantos años desde que fueron abusadas sexualmente
por Nassar, que en todo momento mantuvo los ojos cerrados y cabizbajo.
Expresiones como “me robó la inocencia, la privacidad, la
seguridad y la confianza”, “un monstruo que sólo me dejó dolor y cicatrices”, y
“mi primera experiencia sexual llegó cuando aún iba a la guardería”, se
escucharon durante la primera jornada de la audiencia que se espera acabe este
viernes 19, cuando al menos 98 personas hayan dado su testimonio, como adelantó
el fiscal del caso.
El más dramático de la jornada fue el que ofreció Donna
Markham, madre de Chelsea, que nunca pudo superar el calvario de las marcas que
le dejó el abuso sexual de Nassar, y a los 23 años, en 2009, se quitó la vida.
“Ella no podrá estar hoy con nosotros”, manifestó
Markham. “Todo comenzó con él”.
Markham dijo que su hija fue abusada sexualmente cuando
visitó a Nassar a la edad de 10, 11 y 12 años para ser tratada por una lesión,
y a los 13 abandonó la gimnasia tras encontrarse con Nassar en una competición,
para iniciar un camino de destrucción que la llevó también al mundo de las
drogas.
Los testimonios de la primera sesión de audiencias fueron
desoladores y dramáticos, lo que hizo que hasta la propia juez Aquilina se
emocionara y alabara el coraje y valentía de quienes hablaron.
Aquilina informó en el tribunal que planea cumplir el
acuerdo de declaración de culpabilidad alcanzado en noviembre, y dijo a las
víctimas de Nassar que “su historia terminará en prisión”.
“El monstruo que se aprovechó de ti se va a marchitar en
la cárcel”, dijo Aquilina a una de las mujeres que testificó durante la sesión
de la tarde.
Nassar, de 54 años, que ya cumple una sentencia de 60 al
declararse culpable de pornografía infantil, podría recibir otra condena de
entre 40 y 125 años.
Los testimonios de las víctimas también mostraron como
Nassar se ganaba la confianza de los padres de tal manera que inclusive delante
de alguna madre realizaba con las atletas actos de abuso sexual, encubriéndolos
de acciones médicas necesarias, además de socializar con las familias.
Pero a medida que se conocen más los “desoladores”
testimonios, la gran interrogante que nadie alcanza a responder es como un
“monstruo” humano de esa naturaleza llegó tan lejos sin ser descubierto antes,
y más en ambientes deportivos de la élite olímpica y universitaria.
Sobre todo, porque el máximo responsable médico del
equipo estadunidense de gimnasia durante casi dos décadas apenas cambiaba
su modus operandi, como lo han
demostrado las revelaciones que en los últimos meses han hecho las estrellas
olímpicas como Aly Raisman, McKayla Maroney, Gabby Douglas y Simone Biles,
ganadora de cuatro medallas de oro y una de bronce en Río de Janeiro 2016.
Nada menos que un depredador sexual implacable que era el
máximo responsable médico, con un gran prestigio profesional, tanto en la
Universidad de Michigan como en la Federación que presidía Steve Penny, ya
fuera del cargo después de casi 12 años de gestión.
Muchos consideran que Penny fue el cómplice necesario de
todo el calvario que sufrieron las víctimas por no supervisar en ningún momento
la actividad y acciones de Nassar, el cual se sentía con todo el poder en sus
manos para actuar con total impunidad.
Hasta el momento, ni Penny, personal directivo de la
Federación, ni nadie de los responsables de la Universidad de Michigan State
han sido incriminados en algún tipo de mala gestión y falta de control.
Pero mientras se celebraban los testimonios en Lansing,
Raisman, de 23 años, que no quiso participar en las mismos, sí habló a través
de la cadena de televisión ESPN y fue
categórica al denunciar que junto a Nassar, al que calificó de auténtico
“manipulador”, los verdaderos culpables de lo sucedido también fueron los
directivos de la Federación por no tener control y no actuar de inmediato.
“Cuando por segunda vez pensé que había sido abusada
sexualmente y se lo dije a mi madre, lo denunciamos a la Federación y su
respuesta fue sentir que me amenazaban para que me callase”, destacó la tres
veces campeona olímpica.
“Al final lo único que les interesaba era seguir ganando
medallas, sin hacer ningún cambio y, lo que es peor, me engañaron al decir que
estaban investigando”.
El mismo sentir tienen el resto de las campeonas
olímpicas, que no consideran suficiente los comunicados ofrecidos por la
Federación bajo su nueva presidenta, Kerry Perry, que acudió a las audiencias
sin hacer declaración alguna, y desean que se busque a otros responsables.
“Estoy convencida que la Federación no actuó con
responsabilidad ni han hecho los verdaderos cambios que se necesitan para que
no vuelva a surgir otro ‘monstruo’”, subrayó Raisman, dos veces capitana del
equipo nacional de Estados Unidos. “Su reacción a mi denuncia fue de lo más
lamentable y desoladora, empezando por el trato que recibí, que fue de abandono
completo”.