En este sexenio los organismos cúpula pasaron de hacer señalamientos al gobierno federal para caer en la omisión y complacencia ante políticas y acciones gubernamentales y, a cinco semanas de concluir esta administración, entraron en pugna con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En los últimos días, organismos como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) se manifestaron contra la supermayoría en el Congreso de la Unión y la reforma judicial, lo que llevó a que el Mandatario los acusara de descararse y optar por la corrupción.
De acuerdo con expresidentes de organismos cupulares consultados por EL UNIVERSAL, en los primeros años del sexenio la estrategia consistió en presentar argumentos y fijar posiciones en torno a las decisiones de política pública, lo que ocasionó que les cerraran las puertas de Palacio Nacional, para solamente admitir a los empresarios más ricos del país.
El expresidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos, y el expresidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Enoch Castellanos, coincidieron en que la “buena relación” del actual gobierno federal con la cúpula empresarial terminó con los comunicados del CCE y el CMN.
Por una parte, De Hoyos dijo que “los amagos, la exhibición y persecución que todas las mañanas se hizo contra quienes opinaban distinto a la administración actual llevó a los organismos cúpula del sector privado a ser complacientes, permisivos, omisos, tibios y poco asertivos contra lo que hacía el gobierno federal, pero ahora con el tema de la sobrerrepresentación se alza la voz y reciben descalificaciones a cambio”.
De Hoyos, quien dejó de participar en organismos empresariales para convertirse próximamente en diputado federal por Movimiento Ciudadano, dijo que “la cúpula empresarial fue permisiva con muchas de las acciones y políticas públicas del gobierno federal, buscando negociar, y así fueron borrando muchas de las rayas rojas que históricamente se han planteado como temas que no podían pasar en este país”.
Después de que en la segunda mitad del sexenio el CCE no hizo señalamientos contra el gobierno, el comunicado de los últimos días llega de manera “tardía”, pero con “una visión unificada y clara por parte del sector privado”.
Los posicionamientos del CCE, del CMN, pero también del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) y de la Coparmex hacen “que se tense la relación del gobierno con las organizaciones o que pueda haber ataques específicos contra un empresario, pero más vale hacerlo ahora que dejarlo pasar”.
El expresidente de la Coparmex, criticado en alguna ocasión por AMLO, dijo que “el sector privado está en un momento de definiciones y tiene que demostrar para qué existe… O se dedican a ser simples observadores, con una participación irrelevante, o asumen a cabalidad la fortaleza de sus principios y su representación, y eso va a estar a prueba en los próximos días y semanas”.
Ayer, el presidente actual de la Coparmex, José Medina Mora Icaza, presentó la postura del organismo y alertó que la democracia está en riesgo ante la posibilidad de que haya una sobrerrepresentación y se deje fuera a las minorías en el Congreso de la Unión.
Acusan complacencia
Para el expresidente de la Canacintra Enoch Castellanos, las voces valientes del sexenio fueron la Coparmex y el CNA, mientras que “la relación a nivel cupular fue de una complacencia con el gobierno federal para no afectar los intereses de los empresarios más grandes.
“Hubo un error de cálculo porque a través de arreglar las cosas en corto, en lo oscurito, y negociar para que siguieran fluyendo concesiones y obras se dejó de lado el que el gobierno se radicalizaba”, dijo.
El problema ahora, explicó, “es que las representaciones empresariales perdieron respeto y legitimidad desde el momento en que aceptaron participar en eventos como la rifa del avión, que sabíamos que era un engaño. Aceptaron tener una discusión, se prestaron y recibieron un descrédito de la base empresarial, por eso ahora no se toma en cuenta a la cúpula empresarial”.
EL UNIVERSAL