El Partido Acción Nacional niega la autoría de cualquier hecho relacionado con los sucesos del sábado pasado en el Polifórum Zamná, en donde, como se publicó, 8,000 personas participaron en sonora rechifla y gritos de “fuera, fuera, fuera”, cuando la titular del Ejecutivo Ivonne Ortega Pacheco subió al ring.
Culpar a otros de sus errores y argumentar que existe una campaña de maldad en su contra es la estrategia del Partido Revolucionario Institucional para evitar reconocer que sus abusos han colmado la paciencia de la gente y que la titular del Ejecutivo no calculó el posible impacto de su decisión de adjudicarse la autoría del evento.
Es lamentable que precisamente en estos tiempos electorales, el partido de la Gobernadora inicie una campaña mediática para difamar a Acción Nacional acusándole de ocasionar la rechifla y de la existencia de una campaña sucia como parte de una estrategia electoral.
El actual es el momento de silencio de las campañas y Acción Nacional ha ordenado a sus precandidatos electos acatar las disposiciones de ley. El PRI ha empleado este tiempo para generar una campaña de desprestigio en contra de nuestro partido.
En una sociedad democrática, donde es válido reconocer errores y abusos de parte de los gobernantes hubiera sido prudente una respuesta de mea culpa en lugar de acusar al de enfrente con la única intención de generar una cortina de humo.
En lugar de acusar al PAN la sociedad esperaría una actitud cívica y honesta, un acto de transparencia o algo que indique en el gobierno de Yucatán en realidad está actuando de manera diferente. Nada de esto ha ocurrido. No hemos visto que haya una dirigencia del PRI pidiendo que se investiguen los señalamientos de corrupción en las áreas de salud y de apoyos al campo, ni que se aclare por qué un día aparece la Gobernadora anunciando logros en turismo que luego resultan desmentidos por el titular del área.
El PRI acusa, pero no ofrece explicaciones del por qué hasta ahora nadie sabe el criterio para haber asignado mediante el programa Cobijar cobertores y chamarras a personas que fallecieron muchos años antes que los actuales gobernantes estuvieran en el Palacio de Gobierno.
Si en momento de silencio electoral hacen la guerra sucia y culpan al otro, qué nos queda imaginar lo que tienen preparado para la campaña electoral.
Más que acusar al PAN el PRI debe muchas respuestas a los ciudadanos, respuestas que no quieren ofrecer, pues para ellos es más fácil usar la diatriba, el insulto, la denuncia y la calumnia que atreverse a admitir que han incurrido en un error.