Prostíbulos disfrazados como casas de masaje operan en muchos rincones de Mérida en perjuicio de familias que ven rota su tranquilidad las 24 horas del día.
Esos centros de prostitución se ubican cerca de escuelas, iglesias y parques, e incluso a unos metros del Paseo de Montejo.
Estos lugares, ubicados en varios puntos de Mérida, ofrecen diferentes "servicios" y precios.
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Para la promoción de las "casas de masaje", los lenones recurren a la repartición de algunas publicaciones diarias, a internet y a volantes que se reparten en las calles. En todos los casos contiene leyendas sugestivas sobre los "servicios" que se brindan.
Esa situación es la misma que prevalecía hace cinco años, cuando el Ayuntamiento de Mérida, entonces encabezado por Manuel Fuentes Alcocer, emprendió una batalla jurídica contra esos establecimientos, ante una serie de quejas de los vecinos.
Según relata, en algunos sitios encontraban reportes de hasta $14,000 de ingresos diarios, con un promedio de tres mujeres "trabajadoras". A éstas sólo les correspondía una mínima parte, pues la mayoría de las ganancias era para los lenones, que el abogado Pinelo Cámara identifica como "padrotes" y "madrotas".
En la actualidad, esa suma se duplica en los establecimientos de baja a regular cotización. Los de mayor "categoría" tienen percepciones más altas, que también guardan proporción con el número de sexoservidoras.
Antes, como ahora, muchos de esos "centros" eran habilitados en zonas habitacionales, lo cual originaba quejas de colonos.
"Al estar en fraccionamientos, los clientes les faltaban el respeto a algunas vecinas o, ebrios, hacían actos indebidos en las calles", relata el abogado Pinelo. "Hubo quienes se confundían de casa y buscaban el 'masaje' en el lugar equivocado".
En una entrevista, el ex funcionario municipal recuerda que el Ayuntamiento de Manuel Fuentes sustentó sus operaciones contra esos prostíbulos en los permisos de uso de suelo, cuya regulación corresponde a Desarrollo Urbano.
Treinta clausuras
En principio, añade, nos basábamos en algunas publicaciones donde se anunciaban esos lugares, pero luego los propios vecinos reportaban las ubicaciones. Logramos clausurar unos 30 establecimientos.
Las primeras operaciones se realizaron sólo con personal de la Comuna meridana, pero después se sumó el Grupo Modelo de la Procuraduría de Justicia, ahora Fiscalía General del Estado.
Pinelo Cámara recuerda algunos detalles de esa lucha legal, que, cinco años después, siguen presentes en esas salas clandestinas:
-En esos negocios había de todo. Algo común es que las chicas estaban siempre custodiadas por alguien. Perfectamente te podías dar cuenta de que el negocio no era de ellas.
-Había categorías. En las mujeres lo mismo encontrabas a menores de edad que a foráneas e incluso extranjeras. También amas de casa que, una vez sorprendidas, se preocupaban al saber que podían publicarse sus fotografías.
-En una ocasión tuvimos operaciones fallidas contra una casa de masajes. Cada vez que íbamos estaba cerrada y aparentemente no se hacía nada allí, pero continuaban las quejas de los vecinos. Ante la presunción de que alguien de "adentro" (del Ayuntamiento) estuviera "filtrando" información, yo personalmente y otro compañero fuimos a vigilar el lugar y, después de varias horas de espera, verificamos que sí estaba funcionando. Resulta que quien les daba el "pitazo" era un inspector que era amante de la "madrota" de esa casa.
-Las operaciones rindieron buenos frutos, pues acabamos con unos 30 locales y la ciudadanía vio las clausuras con buenos ojos. Varios lenones y prostitutas fueron detenidos y consignados por la Procuraduría y logramos que se inhibiera la publicidad de esos negocios.
-Este problema debe ser atacado. Espero que con las recientes reformas que previenen la trata de personas mejoren las acciones, no tanto contra la prostitución sino contra los factores que llevan a ella. No podemos ver la prostitución como algo natural, pero sí se le puede controlar.
Pinelo Cámara está dedicado ahora a su despacho particular, en la colonia Alcalá Martín.
Establecidas en varios rumbos de la ciudad, falsas casas de masaje siguen convertidas en centros de prostitución que incluso operan las 24 horas del día sin que nadie las moleste.
Las casas de masaje han cerrado por clausuras y por operaciones que hicieron administraciones municipales pasadas, pero después de un tiempo muchas volvieron a abrir.
En una investigación se comprobó la operación de al menos 21 casas de masaje diseminadas por toda la ciudad. Son viviendas que están junto a otros predios donde viven familias.
Los precios de los servicios van de los $200 a los $700. También ofrecen promociones: $300 por una relación, $450 por dos relaciones y $550 por estar con dos mujeres. En esos sitios entregan preservativos al cliente.
Del costo total, la mitad es para la mujer que da el "servicio" y el saldo es para los que las regentean. Una "masajista" puede hacer cuatro o cinco servicios en un mismo día, pero en ocasiones esa cantidad es mayor.
A todas horas
Las mujeres tienen diferentes horarios en las casas de masaje. Por lo general llegan entre las 10 y 11 de la mañana y terminan de trabajar hasta las ocho o nueve de la noche. Sin embargo, algunas sólo asisten en las mañanas, de 10 a 2, y otras en las tardes, de 3 a 8 ó 9 de la noche. Algunos establecimientos operan las 24 horas.
La mayoría de las mujeres que prestan sus servicios en esos sitios son de Mérida, pero también hay de otros estados, como Campeche, Tabasco, Veracruz y extranjeras. Sus edades van de los 18 a los 26 años y en un mes pueden llegar a ganar mínimo $10,000.
Hasta donde se sabe, en las casas de masaje no se comercializan drogas ni se venden bebidas alcohólicas.
En esos lugares permanece una persona de confianza del que regentea a las "masajistas". El encargado (a) tiene entre otras funciones la de contestar el teléfono, dar información de los servicios que se ofrecen, presentar a las mujeres con el cliente, llevar a este último a un cuarto y estar pendiente de que al cumplirse una hora llegue a su fin el "servicio". En los prostíbulos que operan las 24 horas del día una "masajista" duerme en el predio y se queda de "guardia".
Al llegar un cliente lo primero que le preguntan es si asiste por primera ocasión. Luego le explican los "servicios" que se ofrecen, le cobran y después lo llevan a un cuarto para que vea a las "masajistas" vestidas o en ropa interior. Por lo general son tres o cuatro mujeres.
A las personas que se presentan con mayor frecuencia los encargados les piden sus teléfonos celulares para que les notifiquen que hay "nuevas chicas" prestando el "servicio completo".
Las "masajistas" permanecen solas en sus cuartos cuando no han llegado clientes y no se pueden comunicar entre ellas la mayoría de las veces.
Sólo pueden salir de la casa para comprar comida o refrescos y cuando terminan y se van a sus casas. En otros casos conviven sin mayor problema.
Más ganancias
Algunas de ellas proporcionan sus celulares al cliente para que éste las vea en otros sitios.
De esta manera, al no prestar el servicio en la casa de citas, se queda con todo el dinero que le pagan y no tiene que entregar la mitad a los que la regentean.
En internet también se anuncian mujeres, la mayoría jóvenes, que ofrecen sus servicios en su departamento.- Alejandro Acevedo Vales
Las casas de masaje operan por todos los rumbos de la ciudad sin problema alguno:
Inconformidad
Algunas casas de masaje se ubican frente a parques de colonias o entre viviendas de familias que han externado su inconformidad por la operación de esos centros de prostitución.
Camuflaje
En el sur de la ciudad una casa de masajes está camuflajeada: por fuera es un bazar de artículos usados y adentro hay mujeres que ofrecen sus "servicios". El encargado del bazar comentó que "son negocios distintos".
Luz verde
Una casa de masajes del norte de la ciudad lleva operando al menos 10 años sin problemas. En una ocasión fue clausurada , pero después de unos meses abrió de nuevo.
Son los únicos requisitos que tienen que reunir los enganchadores de jovencitas reclutadas en el interior de Yucatán y en otros estados para ser prostituidas.
Eso es parte de una cruda historia que aún no termina, pues "Rosaura" sigue practicando la prostitución, pero ahora ofrece sus servicios en la vía pública, en la calle 58 con 71.
"¿Quieres mi historia? No tengo mucho qué contar", se anticipa a las preguntas de uno de nuestros reporteros. "Yo era una chava que no faltaba a la 'disco' en Veracruz. Allí conocí a José Luis, que después de un tiempo nos ofreció a mí y a mis amigas trabajo bien pagado".
"Tenía 16 años. No me preocupé en averiguar qué trabajo era, sobre todo porque me dieron tres mil pesos de anticipo".
Con una familia desintegrada y poca motivación para estar en su tierra, emprendió una aventura que la trajo, en una vieja combi, a Mérida.
Casi secuestrada, entró a un mundo de muchos rostros del que abundaremos en próxima entrega.- A.N.E.
El profesor César Samuel Pérez Chim está elaborando desde hace unos meses un estudio sobre la prostitución, como parte de un proyecto relacionado con los problemas sociales.
Las casas de masaje
En muchos casos, dice el investigador, las llamadas casas de masaje son el punto de partida para las mujeres que se inician en la prostitución.
Niveles siguientes
A los 25 años, por lo general, se acaba la "vida útil" de una "masajista", que entonces se enfoca a algunos centros nocturnos o de plano pasa a la prostitución callejera.
Seducción y engaño
Pérez Chim señala que los enganchadores operan en todo el país, pero en Yucatán todavía no es muy notoria su actividad. Su trabajo es seducir o contratar, con engaños, a jóvenes de escasos recursos.
Demanda
Las "casas de masaje", como otros prostíbulos, existen porque hay mucha demanda, advierte.