Además, obtenía propinas sirviendo de guía a los traileros que no conocían la ciudad y se les dificultaba llegar a su destino.
Perdió dos dedos del pie derecho, el cual ahora tiene una llaga en el talón, y hace poco surgió un problema similar en el pie izquierdo. Ya no puede caminar, mucho menos cargar objetos.
Junto con su esposa, Eugenia Kú Maas, relató que cuando acudieron al dispensario médico municipal les dijeron que no tenían los medicamentos y el material de curación respectivo. Entonces asistieron al dispensario de la colonia San José Tecoh.
El transporte lo pagan ellos, a veces con préstamos de familiares y amigos porque, dicen, cuando pidieron la ambulancia de traslado gratuito que tiene la comisaría municipal les respondieron que el vehículo no tenía gasolina. Les darían el servicio si pagaban por ella.
En el hospital O'Horán, donde ha recibido atención médica en varias consultas, no puede cumplir con todas las citas por el problema del transporte.
Y la última vez que estuvo ahí, la semana pasada, hubo una confusión que, aseguran, derivó en que no les dieran atención.
La pareja tiene tres hijos. El mayor tiene 24 años y es cargador, como su padre; el segundo es una muchacha de 22 que labora como empleada doméstica, como su madre, y el menor, de 18, dejó la preparatoria y corta y vende leña.-Hansel Vargas Aguilar
La situación del señor Guadalupe Canché Kú es una más resultado de la pobreza.
Familia
Don Guadalupe tiene 3 hijos con Martha Kú Maas, los cuales se dedican a los oficios de cargadores, empleados domésticos y cortar y vender leña.
No los escuchan
Aseguran que han acudido a diversas instancias oficiales a pedir apoyo para continuar su tratamiento, sin embargo, no les han hecho caso.