Noticias de Yucatán
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Publicada: 3 abril 2012
A la izquierda, trabajos de remozamiento en una de las calles del Centro Histórico. Abajo, congestionamiento vial en las vías del primer cuadro de la ciudad, la mañana y tarde de ayer (5)
Las nuevas aceras del Centro Histórico no resultaron mejores que las anteriores: hay peatones que tropiezan en ellas, los invidentes las consideran inadecuadas y su reparación no es sencilla ni menos costosa que antes.
Según se observó, uno de los problemas de esas banquetas hechas con piezas prefabricadas es que éstas no tienen el mismo nivel, tienen bordes saltados. En ellos se atora el pie y eso hace trastabillar a la gente.
Esas piezas tienen dos canales que, según sus constructores, sirven de guía para el bastón de invidentes. Pero en los hechos eso no es así.
-Estas banquetas son peores que las anteriores, el bastón se atora en ellas -indicó Manuel Martín Hernández, uno de los invidentes que visita con frecuencia al Centro Histórico.
-Incluso generan riesgo de que tengamos un accidente -agregó el entrevistado, quien a los 13 años perdió la vista en un accidente, y aprendió a usar el bastón-guía en la desaparecida escuela para carentes de vista de esta ciudad.
Manuel Martín tiene 42 años de edad, es casado y con dos hijos. Dijo que el principal problema para moverse en las aceras son los obstáculos que hay en ellas, en particular las casetas telefónicas, cuyo número creció.
Debido a ello los invidentes prefieren caminar en la orilla de la acera, para evadirlas.
-Cuando la gente nos ve andando en la orilla nos dice: ¡Cuidado, se va a caer! Pero la gente no sabe que lo hacemos para no tropezar con las casetas telefónicas.
Otros obstáculos al paso de invidentes y personas en sillas de ruedas son los postes de electricidad y teléfono, los semáforos, los botes de basura y los vendedores que se instalan en la calle.
Según el gobierno estatal y los constructores de las banquetas prefabricadas, una de las ventajas que tienen éstas es que resulta más sencillo repararlas o retirarlas para atender problemas en los ductos que corren bajo ellas.
Ese argumento se vino abajo en estos días en que se recomponen secciones rotas o agrietadas en el callejón del Congreso y uno de los accesos del Pasaje Emilio Seijo. Los obreros las rompen y sustituyen por otras nuevas.
Explicaron que deben hacerlo así porque las piezas fueron pegadas con cemento, la única forma de levantarlas es rompiéndolas con mazo y levantar los pedazos con pico y otras herramientas
.
Según se observó, uno de los problemas de esas banquetas hechas con piezas prefabricadas es que éstas no tienen el mismo nivel, tienen bordes saltados. En ellos se atora el pie y eso hace trastabillar a la gente.
Esas piezas tienen dos canales que, según sus constructores, sirven de guía para el bastón de invidentes. Pero en los hechos eso no es así.
-Estas banquetas son peores que las anteriores, el bastón se atora en ellas -indicó Manuel Martín Hernández, uno de los invidentes que visita con frecuencia al Centro Histórico.
-Incluso generan riesgo de que tengamos un accidente -agregó el entrevistado, quien a los 13 años perdió la vista en un accidente, y aprendió a usar el bastón-guía en la desaparecida escuela para carentes de vista de esta ciudad.
Manuel Martín tiene 42 años de edad, es casado y con dos hijos. Dijo que el principal problema para moverse en las aceras son los obstáculos que hay en ellas, en particular las casetas telefónicas, cuyo número creció.
Debido a ello los invidentes prefieren caminar en la orilla de la acera, para evadirlas.
-Cuando la gente nos ve andando en la orilla nos dice: ¡Cuidado, se va a caer! Pero la gente no sabe que lo hacemos para no tropezar con las casetas telefónicas.
Otros obstáculos al paso de invidentes y personas en sillas de ruedas son los postes de electricidad y teléfono, los semáforos, los botes de basura y los vendedores que se instalan en la calle.
Según el gobierno estatal y los constructores de las banquetas prefabricadas, una de las ventajas que tienen éstas es que resulta más sencillo repararlas o retirarlas para atender problemas en los ductos que corren bajo ellas.
Ese argumento se vino abajo en estos días en que se recomponen secciones rotas o agrietadas en el callejón del Congreso y uno de los accesos del Pasaje Emilio Seijo. Los obreros las rompen y sustituyen por otras nuevas.
Explicaron que deben hacerlo así porque las piezas fueron pegadas con cemento, la única forma de levantarlas es rompiéndolas con mazo y levantar los pedazos con pico y otras herramientas
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