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El INAH trabaja ya en estructuras mayas en Dzoyilá
Luego de varios años de desinterés y sin datos precisos sobre la propiedad del terreno donde están los vestigios arqueológicos de Dzoyilá, el Instituto Nacional de Antropología e Historia inició la semana pasada las excavaciones y rescate de dos estructuras prehispánicas.
Los arqueólogos Raúl Morales Hu, responsable del rescate; Eunice Uc González, Silvia Estrada Vielma y Luis Daniel Domínguez Aguilar dirigen a 15 trabajadores de Maxcanú sobre las excavaciones en los cerros de piedras y tierra que se ubican en amplio terreno frente al parque de béisbol Kukulcán.
El INAH ya limpió cuatro montículos donde consideran que hay basamentos de casas prehispánicas mayas o vestigios ocultos, pero sólo trabajan en dos de ellos.
En los primeros trabajos de excavación ya se ven muros de piedras bien alineadas, lo que indica que esas estructuras tienen historia.
Arqueólogos y trabajadores no proporcionaron información sobre el rescate porque los voceros son el INAH o los encargados de campo, Raúl Morales o Eunice Uc.
La ciudad maya de Dzoyilá tuvo importancia en la época prehispánica, al grado que figura en los escritos sagrados del Chilam Balam de Chumayel.
El intento de destrucción de los vestigios por parte de un grupo de empresarios generó una intensa protesta y lucha del sacerdote maya Valerio Canché Yah, las profesoras María Elena Marrufo y Rosario León y otros vecinos que exigieron el respeto a la zona arqueológica oculta. Eso ocasionó que los empresarios Iván Palma, René Farah Martín, Sergio Asís Abraham y José Abraham Xacur desistieran de sus intenciones de construir una plaza comercial y sacaran a la venta el terreno de 15 hectáreas.
Según los archivos, el terreno de Dzoyilá lo vendió en 1993 el entonces director de la Corett, Ramiro Aurelio Alpizar Carrillo, en $217,000 a la empresa Proyectos y Excavaciones del Sureste, representada por el poderoso grupo empresarial de los Palma, Farah y Abraham.
Hoy se desconoce si ese grupo empresarial sigue siendo el dueño o lo vendió o el INAH logró su expropiación. La realidad es que está en rescate.
