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Un accidente de tránsito que terminó con una mujer con la pierna fracturada dejó al descubierto las graves carencias de los servicios de emergencia de la Policía Municipal de Kanasín, la segunda ciudad más grande después de Mérida, debido a que no cuentan con material de curación, tampoco equipamiento ni mucho menos ambulancia.
El accidente sucedió la mañana de ayer en la calle 58 entre 63 y 65 de la colonia Mulchechén, en Kanasín.
Bertha Paola Domínguez Jiménez, estudiante de la escuela “Ramón López Velarde”, en Mérida, transitaba de Oriente a Poniente sobre la calle 58 a bordo de su motocicleta placas 9-HYC-8; al llegar a la altura de las calles 63 y 65 rebasó un camión urbano estacionado y lo mismo intentó el taxi placas 1582-YSB, manejado por Róger Denis, pero golpeó a la motocicleta. Por la velocidad y la fuerza del golpe, la motocicleta se impactó con el lado izquierdo del camión.
La conductora de la moto cayó al piso y sufrió fractura de la pierna derecha. Vecinos la auxiliaron y llamaron a la Policía Municipal.
En minutos llegó una patrulla de la corporación y una ambulancia de traslados programados. El problema es que los socorristas no tenían equipo ni material de curación, apenas un baumanómetro para la presión.
Con un pedazo de cartón improvisaron una férula para la pierna; luego no podían trasladar a la lesionada porque no tenían camilla rígida para subirla.
José May Díaz, entrenador del gimnasio “Black & White”, prestó una tabla de madera donde sus alumnos hacen ejercicio. Luego el problema era acomodar la improvisada camilla, la cual no daba por los asientos.
Al momento se subirla, la mujer gritaba porque le doblaron la pierna para que pudiera cerrar la puerta.
Ante la queja de decenas de vecinos que observaban las maniobras los socorristas indicaron que ellos hacen lo que pueden, porque la administración anterior dejó la ambulancia inservible (desbielada y sin llantas), se llevó las camillas rígidas, collarines, férulas, estetoscopios y material de curación.
La mujer y el taxista quedaron en calidad de detenidos, porque ninguno aceptaba su responsabilidad, a pesar de que los testigos aseguraron que el taxista se tuvo la culpa.
