PÁZTCUARO, Mich.- A 40 minutos de Morelia, está Pátzcuaro, Pueblo Mágico desde 2002. Aquí, vive Agustín Chávez, donador de los muebles para la misa que oficiará el Papa Francisco el próximo 16 de febrero en el deportivo Venustiano Carranza.
La silla (sede), el atril, el altar y el ambón que usará el primer Papa latinoamericano, en la capital michoacana, durante la homilía con religiosos de todo el país, serán “de buena madera, sencillos pero con mucho sabor artesanal”.
En entrevista con Notimex, Agustín Chávez, propietario de Made Muebles, con más de 29 años en el ramo, cuenta orgulloso el momento en que el padre Carmelo, encargado del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Pátzcuaro, le hiciera la encomienda.
“Le dije, padre se los fabrico pero me los regresa, suelta la risa y dice, ¿para qué vas a querer tú un altar, un sillón de ese tipo?, no, como que yo todavía no lo dimensionaba. Si sabía que era laborioso, costoso y dije pues me va a costar pero si se lo hago”.
A Agustín le decían que al Papa venido del fin del mundo, le gustaban las cosas muy sobrias, pero como le dieron carta libre en el diseño, aprovechó para poner su sello artesanal. Y es que “un día que nos visita y ¿le vamos a dar agua pura?, no, siquiera tantito sabor de lo nuestro”, con estilo patzcuarense.
De acuerdo a don Agustín, todos los dibujos se hicieron de acuerdo a lo propio, sin imitaciones, “a lo mejor el Papa va a Argentina, pues allá comerá churrasco pero aquí tenemos una gastronomía que le vamos a invitar, de lo nuestro, así también en la carpintería”.
Ante su evidente satisfacción, el empresario michoacano pidió que al desocuparse los muebles, regresen a su ciudad natal, para que sean expuestos como una reliquia en Pátzcuaro, pueblo mágico que con ello, anotó, tendría un atractivo más.
Dejó en claro que es una donación a la iglesia, así que “el precio lo llevamos en el corazón y no tiene precio porque Made Muebles lo va a donar y así como cualquier regalo, pues jamás se dice el precio”.
Ricardo Pérez, responsable de elaborar la sede, conocida popularmente como silla Papal, externó su alegría por el encargo, ”sentí un orgullo, una satisfacción de que yo siendo carpintero me correspondiera a mi ser el encargado del sillón del Papa, fue una emoción muy grande”.
Para Ricardo, se trata del encargo más importante que le hayan hecho en sus 16 años de carpintero, “siendo para el Papa pues si, porque debe quedar lo más perfecto que se pueda”.
Para el carpintero, Antonio Paz Mendoza, encargado de elaborar el altar de 3 metros de ancho, es “algo de verdad muy especial. Es para el Papa Francisco que nos visita por primera vez aquí en Michoacán, en la ciudad de Morelia y esto, pues me deja muy contento, muy satisfecho de hacer algo grande en mi vida”.
Los cuatro muebles son de cedro rojo y sus diseños están labrados de forma completamente artesanal.
Pátzcuaro fue una de las primeras ciudades fundadas por los purépechas, también conocidos como tarascos, hacia el año 1300. Su nombre significa “la puerta del cielo”.
Fue en tiempos de la Colonia cuando Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán, defensor de los indígenas, les enseñó diversos oficios, entre ellos, la carpintería. Actualmente en proceso de canonización por parte del Papa Francisco.
El Tata Vasco, como era conocido por los nativos, trasladó la sede episcopal a Pátzcuaro y de 1539 a 1580 se mantuvo como la capital del estado de Michoacán.
Hoy en día, los pobladores de Pátzcuaro basan su economía en la pesca, la agricultura y la artesanía, famosa en todo el país, produciendo alfarería, cestería y artículos lacados, así como en el comercio, los servicios públicos y el turismo.