Las parteras son mujeres que se encargan de apoyar a las embarazadas durante la etapa de gestación y en el parto para que todo salga bien, sin necesidad de llegar a la cesárea.
Sin embargo, este oficio se ha ido perdiendo con el paso de los años a consecuencia de los pensamientos de las nuevas generaciones y de los especialistas en la salud quienes dicen que las parteras pueden dañar al bebé al dar masajes para acomodarlo y preparar a la mamá para el parto.
En entrevista radiofónica en IMER, la señora Rafaela Can Aké dijo que desde hace más de 30 años labora como partera.
“Esos comentarios negativos los hemos escuchado en boca de los doctores que cada 15 días viajan a las comunidades en las caravanas por la salud, y la realidad es que estamos para apoyar a las mujeres no para dañarlas”, agregó.
Doña Rafaela, oriunda de Dzudzal, explicó que las parteras desde hace muchos años reciben capacitación tanto en los Servicios de Salud como en el IMSS y al término se entrega una constancia que avala sus conocimientos. Sin embargo, advirtió, no es suficiente.
Calificó como contradictoria la actitud del personal de salud ya que ellos mismos son quienes las capacitan para poder llevar a efecto esta labor.
“Hace unas semanas, a petición de médicos de la ciudad de México, viaje para enseñarles como practicamos las parteras. Me llevaron a tres embarazadas con diferentes problemas: una tenía al bebé cruzado, otro sentado y uno más atravesado. Demostré que con los masajes que damos las parteras se puede acomodar al bebé para que el nacimiento sea natural”, explicó en la entrevista.
Agregó que cuando una mujer embarazada se encuentra en riesgo por padecer diabetes, presión alta u otra enfermedad, acuden de inmediato al centro de salud más cercano para que los especialistas puedan controlarlas.
Las parteras no solamente sirven como ayuda en la labor de parto, dijo, sino también como traductoras entre las embarazadas y los doctores que a veces no hablan maya y no saben identificar cuál es el problema que deben resolver.
