Dos hombres irrumpieron la mañana de este martes con armas blancas en una iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, en Normandía, durante una misa. Degollaron al sacerdote y retuvieron a dos religiosas y dos fieles, uno de los cuales se encuentra en estado crítico.
Una religiosa que logró escapar habría avisado a las autoridades. La policía mató a los asaltantes, que entraron por la parte de atrás de esta iglesia situada en la calle Gambetta.
El Papa Francisco se ha unido al dolor por lo ocurrido. “El Papa está informado y participa en el dolor y el horror de esta violencia absurda, con la condena más radical de todas las formas de odio y la oración por las personas afectadas”, declaró hoy Federico Lombardi, director de la Oficina de Información de la Santa Sede.
El obispo de la diócesis de Rouen, donde se produjo el ataque, Dominique Lebrun se encontraba en Cracovia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud pero esta noche estará ya en Francia. “Clamo a Dios, rezamos”, dijo.
“La Iglesia católica no puede tomar más armas que la oración y la fraternidad entre los hombres -añadió-. Dejo aquí centenares de jóvenes que son el futuro de la humanidad, la verdadera. Les pido no bajar los brazos ante la violencia y convertirse en apóstoles de la civilización del amor”.
El obispo de Evry Corbeil-Essone sur I-Télé, Michel Dubost, contrapuso esta violencia a la vida y la paz por la que luchan los jóvenes del mundo reunidos esta semana en Polonia.
“Cracovia es el anti Saint-Étienne-du-Rouvray -dijo-. Aquí nos reunimos gente de culturas diferentes en búsqueda de lo esencial. Cuanto más crímenes como este haya, más sed tenemos de un mundo nuevo”.
El presidente francés François Hollande denunció “el cobarde asesinato de un sacerdote de parroquia por dos terroristas que se reclaman de Daesh”. “Dirijo a las familias de las víctimas así como al conjunto de los católicos de Francia, la solidaridad y la compasión de la nación”, tuiteó.
Estado Islámico reivindicó el ataque. “La amenaza sigue siendo muy elevada. Debemos llevar esta guerra en el respeto al derecho”, añadió Hollande.
El sacerdote asesinado es Jacques Hamel, nacido en 1930 en Darnétal y ordenado sacerdote en 1958. Era vicario de la parroquia de Saint-Étienne-du-Rouvray y había celebrado sus bodas de oro en 2008.
“Es un hombre que asumió sus funciones hasta el final. Ayudaba al sacerdote de la iglesia. Era mayor pero siempre estaba muy disponible para unos y otros. Era un buen sacerdote. Estaba ahí desde hacía mucho tiempo”, explicaba consternado un feligrés.
Según I-Télé, uno de los asaltantes había intentado entrar en Siria en 2015, sin éxito. Fue devuelto a Francia, donde pasó un año en la cárcel. Salió de ella el pasado mes de marzo, con un brazalete electrónico, por lo que era bien conocido por la policía.
Fuente: ALETEIA TEAM