Noticias de Yucatán
La ociosidad mató al gato, dicen, y por poco deja tuerta a una niña que se puso un ojo de muñeca, que afortunadamente, después de varios intento y esfuerzos se le pudo extraer.
Aunque parece que no hay daños, el ojo siendo tan delicado, quizá pueda dejar consecuencias, todo por un rato de travesura.
La ociosidad mató al gato, dicen, y por poco deja tuerta a una niña que se puso un ojo de muñeca, que afortunadamente, después de varios intento y esfuerzos se le pudo extraer.
Aunque parece que no hay daños, el ojo siendo tan delicado, quizá pueda dejar consecuencias, todo por un rato de travesura.