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El urólogo mexicano Maurice García, defensor del cuidado de salud de la comunidad transgénero de Estados Unidos, promueve el acceso a cirugías de cambio de género a pacientes de bajos recursos y otras ayudas para que se sientan completos “por dentro y por fuera”.
Los dolorosos relatos de pacientes a los que se les negaba el acceso a cuidados de salud por el hecho de ser transgénero llamaron la atención de García cuando desarrollaba su especialidad en el Centro Médico de la Universidad de California en San Francisco.
“Comencé a darme cuenta que nadie los quería ayudar, que había una discriminación y falta de entendimiento sobre estos pacientes, tampoco había guías de educación formal sobre como tratarlos”, dijo a Efe.
En su consulta el mexicano escuchó a muchos pacientes que tenían grandes dificultades para someterse a las cirugías para cambiar de género y se preguntaba: “¿por qué negar un procedimiento que significa grandes beneficios médicos en la salud del paciente?”.
La única respuesta que encontró era que los especialistas desconocían las dificultades y los problemas de salud de hombres y mujeres transgénero.
La discriminación y la falta de conocimientos acerca de cómo tratar a esta comunidad era evidente, pero García encontró además que el problema se agravaba en el caso de pacientes de bajos recursos y de los que pertenecían a minorías o no hablaban inglés.
“Estas eran cirugías solo de la práctica privada, muy costosas, aún así no había muy pocos médicos haciendo estas cirugías en el país”, explica García, de 48 años y oriundo de Monterrey (México).
Una reciente encuesta reveló que alrededor de 1.4 millones de adultos, incluyendo 218.000 en California, se identifican como transgénero en Estados Unidos.
Decidido a crear un espacio para estas personas, García convenció a las autoridades del Centro Médico de UCSF que le permitieran entrenarse en esta clase de cirugías y liderar el primer centro para atender a esta comunidad en una entidad de servicio público.
La tarea no fue fácil. En 2012, el mexicano encontró que apenas había unos diez urólogos en todo el país especializados en cirugías de cambio de género de hombre a mujer y que el número se reducía a tres en los procedimientos de mujer a hombre.
Los estudios en esta área también son muy limitados. Según una encuesta en 150 escuelas de medicina en 2010, el promedio de enseñanza relacionado con los pacientes LGBT en toda la carrera no sobrepasa las cinco horas.
Ante este panorama el urólogo mexicano tuvo que viajar a Inglaterra para formarse. De regreso a California estableció un programa que aceptaba coberturas públicas como Medi-Cal y seguros médicos.
“Ser transgénero es una condición médica como cualquier otra, y es algo que el paciente no escoge, eso ya está establecido científicamente y es nuestro deber ayudarlos a tratarse”, resalta.
Campus de la UCSF. Foto: UCSF
Más allá de abrir el acceso de las salas de cirugía a los pacientes transgénero, el mexicano ha logrado que más médicos e instituciones académicas se interesen en el tema.
Su éxito hizo que el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles decidiera cambiar sus políticas de atención privada y creara el primer Programa de Salud y Cirugía Transgénero en el Sur de California, donde García ha creado un tratamiento completo que, además de las cirugías, ofrece ayuda psicológica y de integración social.
“Se trata de que el paciente se sienta completo por dentro y por fuera”, advierte.
El médico hispano es el autor de varias guías médicas sobre esta clase de cirugías, ha inventado varios aparatos que permiten mejores resultados en los procedimientos y está alentando a la comunidad médica a que lo acompañe en una aventura que, más allá de asistir a la comunidad transgénero, ayudará a la salud de toda la población.
“Si perfeccionamos la reconstrucción de los órganos genitales, sean masculinos o femeninos, podemos ayudarle a cualquier persona con un problema, por ejemplo, un soldado, un conductor, un trabajador, todos” advierte.
Otro de los objetivos del urólogo es llevar este conocimiento a Latinoamérica. El próximo año viajará a México para compartir su experiencia y seguir trabajando por una comunidad que lucha por ser reconocida.
“Quiero estar en el lado correcto de la historia, estos pacientes se merecen toda nuestra atención”, concluyó.
Información de EFE