Noticias de Yucatán
“Yo estaba adentro terminando de preparar la cena y
cuando miré hacia afuera vi a mi hermanito en el suelo y corrí a decirle a mi
mamá”.
Así describe lo que ocurrió el hermano de José Daniel, el
niño de 12 años que falleció la madrugada de este lunes en el IMSS de
especialidades de la Región 510 de Cancún luego de explotarle un petardo muy
cerca del rostro durante la madrugada de este lunes 25 de diciembre.
“Mi hermanito estaba explotando ‘cuetes’ con los vecinos
de aquí a lado, llevaban un buen rato haciéndolo y de repente sólo escuché una
explosión y lo vi ahí tirado sobre la calle”, menciona el hermano con un
semblante que refleja incredulidad y tristeza al mismo tiempo. Al recordar los hechos
a unos metros de donde ocurrió el accidente, y aún con restos de sangre sobre
el pavimento, el hermano menciona que llevaban pocos días en Cancún, al llegar
de visita desde Cárdenas, Tabasco para pasar la Navidad con sus familiares. “No
somos de aquí, estamos de visita, él estaba con los vecinos y todo pasó tan
rápido”.
En el lugar se puede aún observar –además de la sangre–
un encendedor color naranja y los restos de “una paloma”, el explosivo que le
habría quitado la vida al menor al destrozarle gran parte del lado izquierdo
del rostro. “Dany fue quien prendió el cuete, tenía una mecha larga y se iba a
quitar antes de que explotara pero se prendió rápido y no le dio tiempo de
moverse, le explotó en la cara, él estaba agachado”, continúa el relato su
hermano.
Vecinos de la calle 24, ubicada entre las calles 105 y
107, comentan que pensaron se había tratado de una balacera, “estábamos cenando
y escuchamos los ‘cuetes’ y después a la mamá gritar y llorar desconsoladamente
por su hijo, pensamos que alguien le había disparado porque el niño no se
movía”.
Por su parte, los curiosos mencionan que los servicios
médicos tardaron mucho en llegar al lugar para atender al menor, lo cual pudo
ser clave para salvarle la vida, “estuvo mucho tiempo ahí en el pavimento,
todos lo vimos, tenía muy dañada la parte izquierda de su carita, y la mamá no
sabía qué hacer, la ambulancia no llegó rápido”.
El hermano de José Daniel lo acompañó al hospital en la
ambulancia de la Cruz Roja hasta entrar a urgencias, en donde lo vio por última
vez con vida, “estaba vivo, le iba hablando pero después ya no me dejaron pasar
y luego salió un doctor a decirnos que no pudieron salvarlo”.
Al preguntarle sobre quién había comprado los explosivos,
el hermano de José Daniel responde que lo ignoraba, ya que cuando dieron las
12, ya se encontraban otros niños afuera explotando los llamados
“cuetes”. (Noticaribe)