Noticias de Yucatán
En México, 85% de las cepas aisladas de
la bacteria E.colison resistentes a la aminopenicilina, alertó
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través del informe Fronteras
2017, en donde se advierte un problema de salud pública a nivel
mundial.“La resistencia a los antimicrobianos ha pasado a formar parte de la
agenda internacional como una amenaza para la salud pública y el
desarrollo sostenible, porque el número de enfermedades transmisibles que están
desarrollando resistencia a los fármacos disponibles aumenta a un
ritmo cada vez mayor”, señala el informe.
La República Mexicana ocupa el quinto sitio entre los
países por el riesgo de esa “amenaza” donde se presenta más resistencia a la
aminopenicilina para la bacteria E. coli, el primero lo tiene Pakistán con 93%,
seguida por India, con 92%, China, con 88%, Kenia, con 86% y México, con 85%.
Enfermedades como cólera, sífilis, lepra y neumonía,
entre otras, que se trataban con antibióticos como amoxicilina, penicilina,
amikacina, no se controlan porque las bacterias han mutado y se han vuelto
resistentes a los fármacos.
El documento señala que las infecciones resistentes se
pueden convertir en la principal causa de muerte en el planeta de aquí a 2050,
“porque los antibióticos que se usan en todo el mundo para tratar y prevenir
estas infecciones bacterianas en los seres humanos, animales e incluso en las
plantas están dejando de funcionar”.
En México, desde 2010 entró en vigor la política de uso
de antibióticos, la cual prohíbe la venta de estos fármacos sin receta médica,
pero el especialista en Infectología, Rafael Valdez, aseguró que se necesitan
mejores sistemas que ayuden a regular la ley y se tenga la certeza de que se
cumple, “porque las auditorías siguen mostrando que el consumo de los
antibióticos va en aumento”.
Insuficiente la política de medicamentos
Carlos Pérez, jefe del Servicio de Infectología en el
hospital Universitario de La Samaritana, en Bogotá, Colombia, considera que la
política de antibióticos no es suficiente en nuestro país porque la gente no
está educada en la materia, “aunque vayan a una farmacia y no les vendan el
fármaco, encontrarán la manera de conseguirlo, muchas veces en casa se guardan
tratamientos que no se ingieren en su totalidad y la gente se sigue
automedicando”.
El uso desmedido de estos fármacos en las prácticas
médicas y agrícolas se ha vinculado con el incremento de la resistencia, pero
también se puede producir de manera natural en el suelo y el agua.
Los mexicanos están expuestos a las bacterias ambientales
y a los genes de resistencia antibiótica mediante el consumo de agua potable,
alimentos o con el contacto directo con el medio natural.
Contraer una bacteria resistente también es posible a
través de corrientes de desechos como aguas residuales, estiércol de animales y
la escorrentía de tierras agrícolas.
El medio ambiente es clave en la resistencia a los
antibióticos, porque las bacterias que están en el suelo, los ríos y el agua
del mar pueden desarrollarla al entrar en contacto con bacterias resistentes y
agentes desinfectantes que se liberan a raíz de la actividad humana, por ello,
las personas y el ganado se ven expuestos a las bacterias cada vez más
resistentes en los alimentos, el agua y el aire.
Cómo prevenirlo
Entre las medidas preventivas para evitar la resistencia
antimicrobiana se encuentra la reducción del vertido general de antibióticos,
es decir, que debe haber un uso más controlado, desde los hospitales, centros
de fabricación de los fármacos, plantas de tratamiento de aguas residuales, y
mejorando la gestión de los sistemas de alcantarillado.
Es necesario que se prohíba el uso de antibióticos para
hacer crecer a animales, no aplicarlos en productos domésticos y de higiene
personal y fomentar que los nuevos antibióticos se descompongan rápidamente
después de ser usados por el ser humano.
El estudio de Naciones Unidas señala que el medio
ambiente “es clave en la resistencia a los antibióticos. Las bacterias
presentes en el suelo, los ríos y el agua del mar pueden desarrollar
resistencia al entrar en contacto con bacterias resistentes, antibióticos y
agentes desinfectantes que se liberan a raíz de la actividad humana”.
Las personas y el ganado pueden verse expuestos a
bacterias más resistentes a través de los alimentos, el agua y el aire.
Según el estudio del Programa de Naciones Unidas para el
Medio Ambiente el consumo de antibióticos de uso humano se disparó un 36% en la
década pasada.
Explica que entre otros, los abonos de estiércol
contaminan con antibióticos las escorrentías superficiales, las aguas
subterráneas y las redes de alcantarillado.
Ese tipo de antibióticos se emplean cada vez más para
impulsar el crecimiento de los animales en la ganadería intensiva, sobre todo
en los países en desarrollo. El 70% de los antibióticos se administran a
animales, y las plantas de tratamiento de las aguas residuales no son capaces
de eliminar todos los antibióticos y bacterias resistentes.
El informe de Fronteras 2017 incluye seis ejes que
impactan el deterioro del medio ambiente, y el uso de antibióticos es uno de
ellos. En él hace un llamado sobre la situación de riesgo para la salud pública
por el uso de los medicamentos y la resistencia que se ha generado ante las
bacterias.
Otra problemática a nivel mundial y nacional que tiene
que ver con el medio ambiente, es el desplazamiento de comunidades a otros
lugares luego de resultar afectados por inundaciones y tormentas.
En el caso de México, el documento registró 380
desplazamientos provocados por la tormenta tropical Beatriz que tocó suelo
azteca el 1 de junio de este año.
En los últimos cuatro años, 117 millones de personas se
desplazaron por desastres relacionados con fenómenos meteorológicos.
Entre los fenómenos naturales que provocan la migración
destacan la sequía y la inseguridad alimentaria.
Ante esta situación, la ONU señala que el desplazamiento
no es un reto meramente político, sino ambiental que exige que los agentes
naturales humanitarios y centrados en el desplazamiento colaboren para
incrementar la resiliencia de la población y que estén preparados para
situaciones de riesgo, como lo son los fenómenos naturales.
Un eje más que se refleja en el informe Fronteras 2017
tiene que ver con la preocupación por el cuidado y preservación de las zonas
marinas protegidas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace un
llamado para que hacia 2020, al menos 10% de éstas áreas, en especial las que
revisten la importancia para la diversidad biológica y los servicios de los
ecosistemas, se hayan conservado.
Sobrepesca y contaminación causan daños
La sobrepesca y otras actividades extractivas, el
desarrollo del litoral, la contaminación y el turismo están deteriorando
hábitats naturales esenciales y merman la población de especies marinas a un
ritmo acelerado.
El informe resalta que desde 1985 han desaparecido la
mitad de los arrecifes de coral del planeta. Solo el año pasado, un tramo de
más de 600 kilómetros de la Gran Barrera de Arrecifes se vio dañada a causa de
la decoloración del coral. “De las 600 poblaciones o subpoblaciones de peces
vigiladas por los órganos de investigación internacionales, 31% son objeto de
niveles de captura insostenibles por culpa de actividades ilegales y 58% están
agotadas. Las poblaciones de peces se redujeron 49% entre 1970 y 2012”. Cada
año, 121 millones de personas participan en actividades marinas recreativas que
generan ingresos por 47 mil millones de dólares.
Para que las zonas marinas protegidas tengan resultados
eficaces se necesita “gobernanza sólida” que influya en la conducta humana y
reduzca el impacto sobre los ecosistemas.
Zona marina protegida comunitaria
México forma parte de una zona marina protegida
comunitaria, y en conjunto con Cuba, Jamaica y Colombia participa en debates y
decisiones, busca la independencia económica para mantener la zona y a la
comunidad local, el gobierno financia patrullas que obligan a cumplir la
normativa con el respaldo de la legislación estatal y organizaciones
internacionales y locales se ocupan de la gestión financiera y operativa para
facilitar la capacitación y formación de equipo competente que ayude en la
protección de estas áreas.
Fronteras 2017 también aborda el tema de la disparidad
energética en los asentamientos que no tienen conexión a la red. Casi mil 100
millones de habitantes en el mundo carecen de electricidad y otros mil millones
se conectan a redes eléctricas poco fiables o inestables.
En América Latina y el Caribe hay 14 millones de
población rural y 5 de población urbana que no tiene acceso a la energía
eléctrica. Para subsanar esta problemática, se busca la implementación de
sistemas solares fotovoltaicos, como lámparas solares hasta sistemas solares
domésticos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente
(PNUMA) consideró a las tormentas de arena y polvo otro fenómeno mundial que
debe contenerse. Estas tormentas se producen cuando fuertes vientos erosionan
las partículas de arena y lodo de terrenos áridos y semiáridos y las arrojan a
la atmósfera.
El último eje del informe de Programa de las Naciones
Unidas para el Ambiente es sobre los nanomateriales, que pueden ser de origen
natural o fabricarse a través de la modificación de la escala de materiales de
uso frecuente como el carbón, óxidos metálicos y metales preciosos. Estas se
encuentran en cosméticos, desinfectantes, artículos para bebés, ropa, tejidos y
productos electrónicos.