Oymyakon, es una aldea ubicada en Rusia, que tiene el título de ser la región habitada más fría del planeta.
Recientemente, el termómetro electrónico de la comunidad se rompió cuando registró -62 grados centígrados (el ambiente era más frío del que tenía capacidad de medir).
Aunque su temperatura promedio es de -50°C, en este lugar se llegaron a registrar -71.2ºC, considerada la temperatura más baja en una población humana y la más fría de todo el hemisferio norte.
¿Por qué hay gente viviendo en condiciones tan extremas?
De 1920 a 1930 este poblado fue usado como escala para los pastores que llevaban a sus renos a una fuente termal cercana. De hecho, el término Oymyakon significa “agua sin congelar”.
El gobierno soviético incentivó a estas poblaciones nómadas (a las que consideraba culturalmente y tecnológicamente atrasadas, y por lo mismo difíciles de controlar) para que se establecieran en ese sitio de forma permanente.
En la actualidad está habitado por cerca de 500 personas.
La vida en Oymyakon
La mayoría de las casas de Oymyakon aún son muy rústicas, tanto que muchas edificaciones todavía tienen baños al aire libre. Para calentarse los habitantes usan leña y carbón. Si las entregas de este combustible se atrasan, en la central eléctrica de Oymyakon empiezan a quemar madera para evitar que las tuberías se congelen.
Los pobladores se dedican a la caza y pesca, así como a la crianza de renos.
Solamente cuenta con una tienda donde se comercializan víveres básicos.
Debido a que nada crece en la región suelen alimentarse con carne de caballo y reno. No obstante las temperaturas tan bajas y las pocas opciones nutricionales, la gente no sufre desnutrición, algo que los médicos atribuyen a los micronutrientes que contiene la leche de sus animales.
La escuela local sólo suspende actividades cuando la temperatura desciende a los -52ºC. Ahí, los estudiantes se enfrentan a problemas como la congelación de la tinta de sus bolígrafos.
Otro inconveniente de vivir en este poblado es la necesidad de dejar funcionando los vehículos durante el día para lograr arrancarlos. Las frías condiciones climáticas impiden que los teléfonos celulares funcionen, aunque tampoco hay cobertura.
Sepultar a un cadáver en estas condiciones también es complejo y suele llevarse varios días. Primero se tiene que descongelar la tierra para poder cavar y luego, encender una hoguera para que las brasas poco a poco permitan ir perforando hasta que el agujero tenga la profundidad necesaria para introducir un ataúd.
Mientras en diciembre el día apenas dura 3 horas, en verano se alarga hasta las 21 horas. Es en esa estación del año cuando el clima cambia drásticamente y la temperatura llega hasta los 30ºC.
