Noticias de Yucatán
Culiacán, Sinaloa.- “¡Ay papito, ay papito, no te vayas,
no te vayas! ¡Te amo!..”, se escuchaba con un mar de dolor y llanto el lamento
de una de las hijas del policía de Elota Alfonso Beltrán Jiménez, quien fue
hallado muerto junto a su jefe, el director Ignacio Juárez Rojas.
Era el panteón municipal de la cabecera. Ahí se dieron
cita familia, amigos y compañeros de quien fuera el encargado de las armas en
la corporación municipal de Elota.
La joven entonces se aferraba al ataúd color café de
madera, y se resistía que fuera depositado en la gaveta donde se dirigía su
padre, quien en vida le decía “mi reina”.
“No quiero que te vayas, mi papito”, gritaba fuerte, a la
par de que su madre le contestaba ahogada en llanto: “¡No te va a dejar!”,
palabras que eran insuficientes para mitigar el dolor.
Era la última despedida. La última morada. El último
adiós al policía que había entregado 22 años de su vida a la corporación y que
este viernes ue hallado muerto. “No me dejes, papi”, eran los sollozos que
rompían el ambiente, y a la vez la incertidumbre que policías y ciudadanos
tenían.
El teniente coronel retirado Ignacio Juárez Rojas no
estaba en la escena. La decisión final de la familia de quien había sido el
titular de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal en Elota fue
el llevarlo a la Ciudad de México este fin de semana.
Por última vez
Minutos antes y teniendo como escenario las instalaciones
donde ambos laboraron hasta hace 10 días atrás, docenas de persona se dieron
cita.
Ahí, el subdirector Isabel Osuna hizo el último pase de lista de las dos víctimas del crimen. Un cuerpo de policías formados dieron el pase de lista y dispararon el tiro de salva, el símbolo de honor.
Ahí, el subdirector Isabel Osuna hizo el último pase de lista de las dos víctimas del crimen. Un cuerpo de policías formados dieron el pase de lista y dispararon el tiro de salva, el símbolo de honor.