Noticias de Yucatán
Un problema es, en muchas ocasiones, el impulso que necesita un líder para actuar y gestar desde allí una buena idea y hacer que una comunidad se una en torno a un objetivo.
Así sucedió en el Cerro Quitasol, ubicado al norte de Antioquia, uno de los 32 municipios de Colombia, cuando el 8 de febrero de 2017 la comunidad de esta zona fue testigo de un incendio que duró tres días y acabó con 251 hectáreas de sus pinos pátula y cipreses.
Pero, esta tragedia ambiental a 12.5 kilómetros de Medellín, la segunda ciudad más importante de Colombia, sirvió para unir a la comunidad desde la cabeza que los representa hasta mujeres, en su mayoría víctimas del conflicto armado que en su momento habitaban en la parte baja de la montaña.
Trabajaron duro para recuperar el Cerro purificador de oxígeno de Antioquia y para crear, a partir de esta situación, una forma de reparación a las víctimas del conflicto, así como una fuente generadora de ingresos a través de sembrados a cargo de mujeres, dando pie a futuro del turismo ecológico y de aventura.
El Cerro, que forma parte de los más de 15 cerros tutelares principales del país con una extensión de 2,560 hectáreas -de los que 1,320 corresponden al municipio de Bello- , es ahora el primer Bosque de Paz y Monumento vivo de memoria histórica y reconciliación del Valle antioqueño.
Esta distinción la lograron gracias al compromiso y coraje de la administración de Suárez Mira por apoyar la restauración del Bosque, a través de proyectos ambientales con una cuota de memoria histórica , donde complace saber que cada árbol tendrá el nombre de una de las víctimas de Bello.
Bello es la segunda ciudad de Antioquia más golpeada por el conflicto armado, con una cifra de 64.,461 víctimas, detrás de Medellín. Pero, Colombia está en tiempos de reconciliación, es admirable que este municipio lidere un proyecto de reparación hacia las víctimas y de reparación con la madre tierra, la cual también ha sido víctima del conflicto armado colombiano.
Un árbol no les devolverá los familiares perdidos o caídos en guerra, pero es grato saber que el municipio y el departamento trabajaron fuerte y mancomunadamente para sacar adelante una iniciativa que no genera un valor económico ni rentabilidad a un territorio, pero si un valor simbólico y nos demuestra que el ciudadano de a pie es importante para esta administración 2016-2019.
Ahora la tarea de la comunidad es cuidar y proteger este pulmón verde que representa la capacidad de los bellanitas de sobreponerse a las tragedias y seguir adelante y unidos como municipio pujante. (Verónica Gómez Perea/Colombia).
Un problema es, en muchas ocasiones, el impulso que necesita un líder para actuar y gestar desde allí una buena idea y hacer que una comunidad se una en torno a un objetivo.
Así sucedió en el Cerro Quitasol, ubicado al norte de Antioquia, uno de los 32 municipios de Colombia, cuando el 8 de febrero de 2017 la comunidad de esta zona fue testigo de un incendio que duró tres días y acabó con 251 hectáreas de sus pinos pátula y cipreses.
Pero, esta tragedia ambiental a 12.5 kilómetros de Medellín, la segunda ciudad más importante de Colombia, sirvió para unir a la comunidad desde la cabeza que los representa hasta mujeres, en su mayoría víctimas del conflicto armado que en su momento habitaban en la parte baja de la montaña.
Trabajaron duro para recuperar el Cerro purificador de oxígeno de Antioquia y para crear, a partir de esta situación, una forma de reparación a las víctimas del conflicto, así como una fuente generadora de ingresos a través de sembrados a cargo de mujeres, dando pie a futuro del turismo ecológico y de aventura.
El Cerro, que forma parte de los más de 15 cerros tutelares principales del país con una extensión de 2,560 hectáreas -de los que 1,320 corresponden al municipio de Bello- , es ahora el primer Bosque de Paz y Monumento vivo de memoria histórica y reconciliación del Valle antioqueño.
Esta distinción la lograron gracias al compromiso y coraje de la administración de Suárez Mira por apoyar la restauración del Bosque, a través de proyectos ambientales con una cuota de memoria histórica , donde complace saber que cada árbol tendrá el nombre de una de las víctimas de Bello.
Bello es la segunda ciudad de Antioquia más golpeada por el conflicto armado, con una cifra de 64.,461 víctimas, detrás de Medellín. Pero, Colombia está en tiempos de reconciliación, es admirable que este municipio lidere un proyecto de reparación hacia las víctimas y de reparación con la madre tierra, la cual también ha sido víctima del conflicto armado colombiano.
Un árbol no les devolverá los familiares perdidos o caídos en guerra, pero es grato saber que el municipio y el departamento trabajaron fuerte y mancomunadamente para sacar adelante una iniciativa que no genera un valor económico ni rentabilidad a un territorio, pero si un valor simbólico y nos demuestra que el ciudadano de a pie es importante para esta administración 2016-2019.
Ahora la tarea de la comunidad es cuidar y proteger este pulmón verde que representa la capacidad de los bellanitas de sobreponerse a las tragedias y seguir adelante y unidos como municipio pujante. (Verónica Gómez Perea/Colombia).