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Si eres amante de los animales ¿imaginas a tu perro siendo encerrado en una jaula pequeña todo el día para luego ser exigido a rendir en carreras feroces y crueles en las que el castigo por perder en ocasiones suele ser la muerte?
Bueno, pues aunque suene a una película de terror en realidad ocurre y aunque no lo creas es considerado un deporte.
Si las carreras de caballo son crueles, las de galgos lo son el doble, se explota a los perros hasta la muerte y son sometidos a múltiples vejaciones con tal de 'ganar'.
Los canes deben correr detrás de una liebre artificial, a la cual nunca pueden alcanzar, en un círculo denominado 'canódromo'.
Recientemente se dio a conocer que el galgo Tristal, que en octubre del año pasado obtuvo una espectacular victorIa en una carrera en el canódromo de Shawfield, en la ciudad escocesa de Tutherglen, Reino Unido, fue drogado con cocaína.
De acuerdo con datos dados por The Scottish Sun, el perro recibió una dosis 'clínicamente significativa' de la droga, según dictaminaron especialistas tras la realización de pruebas.
Con la cocaína en su organismo, Tristar superó una distancia de 480 metros en tan solo 30 segundos, alcanzando una velocidad media de 37 millas por hora (unos 60 kilómetros por hora) y superando ampliamente a sus rivales.
Sin embargo, la investigación del caso por la Junta de Carreras de Galgos del Reino Unido no ha retirado la licencia al entrenador del perro, William Rae, porque el hombre explicó que probablemente "un drogadicto se la dio". Sólo fue multado con 730 dólares.
Sigue siendo un misterio cómo la cocaína llegó hasta Tristar, pero el comité no pudo confirmar que fuera como resultado de que el señor Rae le administrara la droga al galgo o permitiera que alguien se la administrara", señaló la conclusión de la investigación.
Por la victoria de Tristar en Shawfield, William Rae recibió un premio de 27 mil libras esterlinas (unos 26 mil dólares).