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En Perú se ha generado una gran polémica por la forma en que las autoridades manejaron un caso de violación de una trabajadora de una compañía de transporte por parte de dos compañeros de trabajo. El incidente ocurrió el jueves 7 de junio en un autobús que se trasladaba de Arequipa a Lima.
La víctima, según trascendió, es una mujer no identificada de 25 años que labora como terramoza, profesión en el transporte terrestre análoga a la de aeromoza. Ese mismo día, al llegar a la ciudad de destino, ella interpuso una denuncia ante las autoridades en la que afirmó haber sido drogada al inicio de ese trayecto por el chofer Daniel Pérez, de 40 años, y su copiloto Marcelino Vicente, de 44.
La joven precisó que comenzó a sentirse mal luego de que los conductores le dieran un vaso de vino que usualmente se sirve a los pasajeros. Seguidamente, el chofer le sugirió descansar en una cama ubicada detrás del asiento del piloto, donde se quedó dormida.
"Subí a la cabina y le dije al conductor que me sentía mal y mareada. Uno de ellos me dice: 'No te preocupes, yo hago tu servicio, repartir la comida y las bebidas, solo hasta allí recuerdo", relató la víctima citada por Diario Correo.
Cuando despertó a mitad del camino, según afirmó, estaba semidesnuda, tenía heridas visibles en el rostro y dolor en sus partes íntimas. La mujer increpó a los compañeros de trabajo, quienes —asegura— admitieron frente a ella haberla violado.
Según trascendió, la terramoza, tras denunciar a los conductores, fue sometida a un examen médico que confirmó heridas compatibles con agresión sexual. Los agresores, por su parte, confesaron haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero afirman que fueron consentidas, informa La República.
Irregularidades del caso
A pesar de la gravedad del caso en sí mismo, lo que ha causado indignación en el país sudamericano han sido las serias irregularidades en torno a él.
Tres horas después de la denuncia los sospechosos fueron detenidos, pero la fiscal adjunta de la provincia de Lima, Karina Toledo, seguidamente los puso en libertad, alegando que deben ser procesados en Nazca —ciudad intermedia entre Lima y Arequipa—, donde —según la víctima— ocurrió el delito.
Posteriormente, el jefe de la Región Policial Lima, Gastón Rodríguez, reveló que los documentos que fueron emitidos y posteriormente sellados en la Fiscalía de esa provincia se alteraron tras la decisión de Toledo. "El documento ha sido borrado con 'liquid paper' [corrector para bolígrafo]; es decir, nunca estuvieron los detenidos acá [Fiscalía]", indicó Rodríguez.
A pesar de que las leyes peruanas determinan que los delitos se investigan y juzgan en el lugar de los hechos, obligan a las autoridades a iniciar la investigación correspondiente en caso de tener conocimiento de un crimen y que la situación lo amerite.
En Perú se ha generado una gran polémica por la forma en que las autoridades manejaron un caso de violación de una trabajadora de una compañía de transporte por parte de dos compañeros de trabajo. El incidente ocurrió el jueves 7 de junio en un autobús que se trasladaba de Arequipa a Lima.
La víctima, según trascendió, es una mujer no identificada de 25 años que labora como terramoza, profesión en el transporte terrestre análoga a la de aeromoza. Ese mismo día, al llegar a la ciudad de destino, ella interpuso una denuncia ante las autoridades en la que afirmó haber sido drogada al inicio de ese trayecto por el chofer Daniel Pérez, de 40 años, y su copiloto Marcelino Vicente, de 44.
La joven precisó que comenzó a sentirse mal luego de que los conductores le dieran un vaso de vino que usualmente se sirve a los pasajeros. Seguidamente, el chofer le sugirió descansar en una cama ubicada detrás del asiento del piloto, donde se quedó dormida.
"Subí a la cabina y le dije al conductor que me sentía mal y mareada. Uno de ellos me dice: 'No te preocupes, yo hago tu servicio, repartir la comida y las bebidas, solo hasta allí recuerdo", relató la víctima citada por Diario Correo.
Cuando despertó a mitad del camino, según afirmó, estaba semidesnuda, tenía heridas visibles en el rostro y dolor en sus partes íntimas. La mujer increpó a los compañeros de trabajo, quienes —asegura— admitieron frente a ella haberla violado.
Según trascendió, la terramoza, tras denunciar a los conductores, fue sometida a un examen médico que confirmó heridas compatibles con agresión sexual. Los agresores, por su parte, confesaron haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero afirman que fueron consentidas, informa La República.
Irregularidades del caso
A pesar de la gravedad del caso en sí mismo, lo que ha causado indignación en el país sudamericano han sido las serias irregularidades en torno a él.
Tres horas después de la denuncia los sospechosos fueron detenidos, pero la fiscal adjunta de la provincia de Lima, Karina Toledo, seguidamente los puso en libertad, alegando que deben ser procesados en Nazca —ciudad intermedia entre Lima y Arequipa—, donde —según la víctima— ocurrió el delito.
Posteriormente, el jefe de la Región Policial Lima, Gastón Rodríguez, reveló que los documentos que fueron emitidos y posteriormente sellados en la Fiscalía de esa provincia se alteraron tras la decisión de Toledo. "El documento ha sido borrado con 'liquid paper' [corrector para bolígrafo]; es decir, nunca estuvieron los detenidos acá [Fiscalía]", indicó Rodríguez.
A pesar de que las leyes peruanas determinan que los delitos se investigan y juzgan en el lugar de los hechos, obligan a las autoridades a iniciar la investigación correspondiente en caso de tener conocimiento de un crimen y que la situación lo amerite.