'Hola Code', clases de programación gratis en México para "dreamers" deportados, con manutención incluida

13 julio 2018

Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy

Cuando un 'dreamer' regresa a México, pocas esperanzas tiene de encontrar un trabajo bien remunerado. Las dificultades comienzan desde el idioma, puesto que muchos de ellos ni siquiera hablan español. Le siguen la dificultad de adaptarse en un entorno totalmente desconocido, la falta de relaciones personal y laborales y hasta la existencia de un ingreso digno para subsistir.

Así nace 'Hola Code', como un programa de enseñanza de ingeniería en software que pretende convertir a jovenes deportados en especialistas en programación y código, para que tengan el más alto nivel con el cual desempeñarse en empresas de tecnología que están ampliando sus oficinas hacia este lado de la frontera.

Con Barack Obama vimos de manera alarmante crecer la cifra de deportados de Estados Unidos a México, pero con la política de Donald Trump, no son pocos los mexicanos que luego de llevar toda la vida en Estados Unidos, se están viendo forzados a regresar a México, muchos de ellos, dreamers, jóvenes que entraron de muy corta edad al país, y que por lo tanto, poca o nula relación tienen con México.

Pero los jovenes deportados tienen una serie de herramientas que pueden ser de valiosa ayuda en el desarrollo del ecosistema tecnológico en México.
El "ser migrante", como un recurso
'Hola Code' recibe jovenes deportados, aun sin documentos de identificación mexicanos, ni comprobantes de estudios. De hecho, si ingresan, se hacen acreedores a un pago para que puedan subsistir durante los cinco meses que dura el curso intensivo, así como a tres comidas al día.

Marcela Torres es una de las personas detrás del proyecto. Ella asegura que el país no está preparado para la ola de migración que está recibiendo, producto de las fuertes política anti extranjeros que el país del norte implementa. Con ello ocurren una serie de problemas: las personas no cuentan con una red de apoyo que les facilite la adaptación en un país que esencialmente les es ajeno, los trabajos disponibles son escasos, y la revalidación escolar es un desastre burocrático.

Detrás de 'Hola Code' hay una idea primaria que toma esos problemas para convertirlos en soluciones; ¿qué tal que los jóvenes que están regresando pudieran hacer valer su caracter de "migrante" como un recurso valioso, y no como un problema? Para hacerlo claro, primero tendrían que brindar las seguridades más básicas.

Por ello es que al ser considerados aptos, 'Hola Code' da tres comidas al día, y una manutención mensual que consiste en 270 dólares, de manera que los estudiantes puedan dedicar hasta 12 horas a su preparación.
Las clases se dividen en tres etapas: Preparación (cinco semanas), Inmersión (12 semanas) y Preparación para el Trabajo (tres semanas). En el primer apartado se enseñan los principios de codificación; en la segunda etapa se construyen las habilidades necesarias para ser un ingeniero en software, desde lo que corresponde a la técnica, como las relaciones con otros, a través de eventos y mentorias.

El último apartado, sobre preparación para el trabajo, es fundamental, puesto que los egresados solo pagan a 'Hola Code' hasta que encuentren su primer empleo. Durante las 20 semanas que dura el curso no se efectúan ningún pago por la comida o las clases.
Partners, el secreto para el trabajo
'Hola Code' se ha aliado con empresas de tecnología en México para poder ofrecerles especialistas en programación con nivel internacional. Así todos ganan, las empresas, el modelo, y desde luego los estudiantes. Para hacerlo, 'Hola Code' garantiza que el nivel de programación que manejan sus egresados es de calidad internacional. La promesa viene desde cómo fue concebido 'Hola Code', pues su construcción fue posible a través de Hack Reactor, un bootcamp en Sillicon Valley.

En su página presentan como aliados a Segunda Mano, Yalo, Globant, Wizeline y Clip.
'Hola Code' hace hincapié en que el curso solo toma cinco meses pero es bastante intenso. Tiene sentido que sea tan corto puesto que el aceptar a un solo estudiante requiere de una considerable cantidad de recursos, pero sorprende que en tan poco tiempo puedan formar a un profesionista de alto nivel. De acuerdo a la empresa, las clases son de lunes a sábado de ocho de la mañana a seis de la tarde en la fase uno, y de ocho de la mañana a nueve de la noche en fase dos.

De momento el enlace en el sitio para registrarse al programa está roto, pero sí está activa la forma de contacto en la página principal.
Fuente Xataca
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