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Zhu Yue es un campesino de la zona rural de China, no terminó el bachillerato, pero eso no le impidió invertir sus energías, talento y ahorros en el sueño de su vida: construir un avión.
Trabajó cultivando ajo y cebollas, y luego como soldador; se dio cuenta de que tal vez jamás cumpliría su deseo de volar su propio avión, así que se puso manos a la obra.
El hombre ha invertido todos sus ahorros en el proyecto y ya está a punto de terminarlo, se trata de una réplica de tamaño real de un Airbus A320Y, que tiene ‘estacionado’ en una esquina de una pista rodeada de campos de trigo.
Para la construcción, se basó primero en una réplica del tamaño de un juguete, y luego en fotos mostradas en internet. Calcula que en total utilizó 60 toneladas de acero.
Sin embargo el avión ‘artesanal’ no está hecho para volar; la idea es convertirlo en un restorán.
“Colocaremos una alfombra roja para que cada comensal se sienta como un jefe de Estado”, reveló Zhu Yue.
Algunas adecuaciones se hicieron para el plan: en lugar de los 156 asientos habituales, se instalaron 36 plazas de primera clase para los clientes. Aunque todavía no se sabe el menú que se servirá.
Con información de Noticias Caracol
Zhu Yue es un campesino de la zona rural de China, no terminó el bachillerato, pero eso no le impidió invertir sus energías, talento y ahorros en el sueño de su vida: construir un avión.
Trabajó cultivando ajo y cebollas, y luego como soldador; se dio cuenta de que tal vez jamás cumpliría su deseo de volar su propio avión, así que se puso manos a la obra.
El hombre ha invertido todos sus ahorros en el proyecto y ya está a punto de terminarlo, se trata de una réplica de tamaño real de un Airbus A320Y, que tiene ‘estacionado’ en una esquina de una pista rodeada de campos de trigo.
Para la construcción, se basó primero en una réplica del tamaño de un juguete, y luego en fotos mostradas en internet. Calcula que en total utilizó 60 toneladas de acero.
Sin embargo el avión ‘artesanal’ no está hecho para volar; la idea es convertirlo en un restorán.
“Colocaremos una alfombra roja para que cada comensal se sienta como un jefe de Estado”, reveló Zhu Yue.
Algunas adecuaciones se hicieron para el plan: en lugar de los 156 asientos habituales, se instalaron 36 plazas de primera clase para los clientes. Aunque todavía no se sabe el menú que se servirá.
Con información de Noticias Caracol
