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En relación a información que circula en diversos portales, la Dirección de Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento de Mérida descartó sobre un supuesto contagio de escabiosis (sarna) de una menor en el Parque Zoológico Bicentenario Animaya.
Aclaró que esta afección no es posible ya que los animales que alberga el zoológico no son portadores ni transmisores de ese padecimiento, como sí lo hacen perros o gatos callejeros o domésticos con malas condiciones de higiene.
En redes sociales, se difundió un texto y una foto de una madre que responsabiliza al zoológico meridano del contagio de su hija de escabiosis y una foto de la niña.
“No soy de publicar las enfermedades de mis hijos pero creo que en esta ocasión lo hago para alertas a todos los papás ya que mi hija esta así por ir a animaya no se que este pasando haya que ya son varios niños que les da el virus de escabiosis el pediatra de mi hija nos comentó que debemos de ir ha hablar con el encargado de animaya por que ya son 10 casos que el atiende debido a que van a ese parque ya que no es algo normal que pase este tipo de cosas espero que lo tomen en cuenta y cuiden a sus hijos no entren en donde están los animales sueltos es algo horrible ver a mi hija así no se dejaba de rascar y no podía dormir y la pobrecita me decía todo el día mamá me pican así que por favor tomen en cuenta lo que estoy publicando” (SIC).
Al respecto, especialistas de Animaya explicaron que la mayoría de los animales “sueltos” –que de acuerdo con información publicada en internet serían los portadores de este ácaro- son aves y que por lo tanto no transmiten este ectoparásito (Sarcoptes scabiei).
Precisaron que para infestarse con el ácaro, se requiere del contacto directo, lo que significaría que la menor tendría que haber abrazado a una cebra, una jirafa, a un antílope o a cualquier otro animal del área del safari.
Asimismo, el animal tendría que ser portador del ácaro lo cual es una posibilidad remota, ya que entre las medidas de bioseguridad que se manejan está la colocación de tapetes sanitarios, la desinfección de remolques y zonas de convivencia humana; además que una de las recomendaciones durante el recorrido es precisamente no tocar a los animales y no por ser vectores de alguna enfermedad sino para evitar que precisamente el público pueda infectarlos con algún patógeno proveniente de mascotas o animales de granja.
Cabe destacar, que el Parque Bicentenario Animaya cuenta con un esquema de medicina preventiva para los animales del zoológico, por lo que están sanos, libres de ectoparásitos y sin evidencias de zonas con lesiones en la piel, como pudiera presentarse en perros y gatos que no reciben adecuadas medidas de higiene, lo que sí podría transmitir enfermedades.
Es importante señalar que en el supuesto de que los animales de Animaya transmitieran o estuvieran infectados con el ácaro de la escabiosis, el personal que labora en contacto directo con los ellos, estarían también infestados con Sarcoptes scabiei, lo cual no es el caso. Por esta razón, invitaron a la población a no caer en pánico e informarse con personal capacitado para que pueda realizar sus recorridos en el zoológico en forma segura.
Destacaron que para las escuelas que visitan Animaya y tienen actividades educativas que involucran el contacto animal se manejan protocolos de bioseguridad, como lo pueden constatar las escuelas que han visitado el zoológico y participado en esta dinámica.
Por otra parte, recomendaron a los ciudadanos que eviten tocar animales de la calle, que lleven a sus mascotas al veterinario y que extremen medidas de higiene en el hogar, ya que para un mejor control de la salud humana y animal es necesaria la cultura de prevención.
En cuanto a la escabiosis o sarna, explicaron que es una infestación por el ácaro Sarcoptes scabiei var. Hominis, relativamente frecuente que se contagia por contacto directo de piel con piel y, a veces, a través de fómites (sábanas, toallas y ropas). En algunos casos se puede adquirir por contacto con animales infestados, sobre todo perros (S. scabiei var. canis).
Existen dos formas clínicas, la típica y la llamada sarna noruega, con lesiones hiperqueratósicas generalizadas y con un gran potencial para provocar brotes en situaciones de hacinamiento. La infestación es más frecuente en aquellas circunstancias en que existe un contacto prolongado con los afectados. En ocasiones, esta enfermedad plantea problemas diagnósticos y terapéuticos, dependiendo de la edad y situación del sujeto.
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