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Antes del 20 de diciembre, todos los trabajadores mexicanos deberán recibir un aguinaldo como retribución a las labores que desempeñaron durante el año. Dicha cantidad, suele oscilar entre una quincena o un mes de trabajo. Desde semanas antes, muchos de ellos ya tienen planes para ese dinero.
En un breve sondeo realizado entre meridanos, se constató que dicho monto suele invertirse en diversas actividades, siendo las fiestas decembrinas la más recurrente entre los entrevistados. También hay quien lo utiliza para el pago de deudas, alguna necesidad imperante del hogar, o simplemente para que la llamada “cuesta de enero” no sea tan empinada.
Ricardo trabaja en una agencia de mercadotecnia y hace tres días que recibió su aguinaldo. El también programador comenta que los quince días extras de sueldo que le otorgaron sus empleadores servirá para comprar los regalos de la fiesta de Noche Buena, “ya si sobra algo, pues unos tenis o un videojuego”, añadió.
La cena también representa un gasto para las familias que habitan la capital yucateca. La tradicional cena navideña, las botanas y las bebidas de la reunión suelen representar un gasto significativo en los hogares, por lo que el aguinaldo es un “respiro” para la cartera de las amas de casa.
Tal es el caso de doña Martha, quien pese a laborar como ama de casa, es quien se encarga de las finanzas del hogar. Este año el aguinaldo de su esposo se empleará en la cena de Noche Buena: pavo relleno y la pierna claveteada que -como todos los años- doña Rosario promociona entre sus vecinos, con semanas de antelación.
Las emergencias no conocen de festividades. El Volkswagen de don Pablo lleva casi un mes estacionado a las afueras de la farmacia donde labora. En su caso, no recibirá remuneración, sin embargo, su patrón se ofreció a costear la reparación del automóvil, por concepto del aguinaldo. “Mata dos pájaros de un tiro”, bromea, ya que ahora llegará más temprano a trabajar.
Existen otras modalidades en las que se reconoce el trabajo de los trabajadores al culminar el año. Doña Paola es propietaria de un tendejón en la colonia Alemán; y por la naturaleza de su trabajo, no goza de ese derecho, más eso no es impedimento para que las amas de casa del rumbo le den “un dinerito extra” por el servicio que les brinda, según comentó.
Mary es trabajadora doméstica, y no obstante -aún- no entra en vigor la reforma que les concederá todos los derechos laborales, sus empleadores suelen darle su respectivo aguinaldo; además del permiso para que pueda pasar las festividades con sus seres queridos en Tekantó, “para mí, eso vale más que cualquier cantidad de dinero”, dijo.
La Jornada Maya
