El cadáver hallado ayer en un predio en construcción en la 57 entre 68 y 70 de la Mulchechén, Kanasín, fue identificado y se dio a conocer que se trata de un hombre de la tercera edad, quien fue asesinado por dos compañeros de parranda.
Según los vecinos, dicho predio es sitio de reunión de adictos a las drogas y bebidas embriagantes.
El hallazgo motivó la intervención de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Fiscalía General del Estado para realizar las diligencias que lleven al esclarecimiento de este homicidio, que al parecer ocurrió en el marco de una parranda entre adictos al alcohol.
Durante la madrugada de este viernes los vecinos nuevamente escucharon una pelea, pero los habitantes de la zona no le dieron importancia.
Este viernes, las autoridades detuvieron a los dos presuntos responsables del crimen, que ya están sujetos a investigación.
Los uniformados arrestaron a “Batich” y a “Mono”, quienes fueron presentados ante la autoridad ministerial por su presunta participación en el hecho de sangre.
El macabro hallazgo fue hecho por un adicto, quien en la mañana de este viernes acudió al inmueble buscando algún compañero apara ingerir bebidas embriagantes, pero al entrar halló el cuerpo del anciano con la cabeza en medio de un charco de sangre.
El sujeto salió a la calle en busca de ayuda y le contó a un vecino del hallazgo, de modo que éste avisó de lo sucedido al 911.
En minutos llegó una ambulancia y policías de la Secretaría de Seguridad Pública, pero los paramédicos sólo pudieron confirmar que el anciano estaba muerto.
Personal del Ministerio Público y de Servicios Periciales se presentó a efectuar el levantamiento del cadáver y demás diligencias legales.
De acuerdo con datos recabados, este individuo de la tercera edad era conocido como un adicto a las bebidas embriagantes y dormía en ese predio –que está abandonado desde hace algunos años- además, acostumbraba a reunirse con otros adictos a las drogas y al alcohol.
Elementos de la Policía Estatal de Investigación detuvieron al individuo que descubrió el cuerpo para que declare sobre los hechos y proporcionar los nombres de los adictos que acostumbran reunirse en ese lugar y dar con el responsable.
Los vecinos lo apoyaban con comida, aunque por las noches era común escucharlo con otras personas emborrachándose, y frecuentemente se suscitaban peleas entre los presentes.
