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El fundador de Huawei, Ren Zhengfei, salió de las sombras para dar una entrevista en la que negó las acusaciones de que la empresa china de telefonía se libra a actividades de espionaje a cuenta del gobierno chino.
La compañía que fundó hace 20 años está bajo presión los últimos meses tras el arresto en Canadá de la hija del fundador y directiva de la empresa, Meng Wanzhou, el arresto de un empleado por espionaje en Polonia y una campaña mundial de Washington para incluirla en una lista negra.
Ren, ingeniero que trabajó para las Fuerzas Armadas chinas, negó que Huawei recabara información para el gobierno.
"Amo a mi país, apoyo al Partido Comunista. Pero no haría nada para dañar al mundo", dijo Ren a un grupo de periodistas extranjeros, entre ellos, en una rara entrevista.
"No veo una conexión cercana entre mis convicciones políticas y los negocios de Huawei", añadió.
La empresa enfrenta desafíos sin precedentes por la campaña mundial de Washington para que los países reconsideren la utilización de los equipos del gigante chino en sus redes de telefonía celular por razones de seguridad.
El mes pasado el proveedor de telefonía móvil británico BT indicó que retiraría los equipos de Huawei de su oferta de telefonía celular, luego de que los servicios de inteligencia consideraran a la compañía como un riesgo a la seguridad.
Australia y Nueva Zelanda también adoptaron medidas similares. Canadá es el único país de la red de inteligencia Five Eyes (Cinco ojos, una alianza de los servicios de inteligencia de Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos) que no tomó medidas contra Huawei.
Inquietudes similares surgen en Japón, Francia, Alemania, Polonia, República Checa y otros países.
El mes pasado Canadá arrestó a la hija de Ren, Meng, sobre quien pende un pedido de extradición de Estados Unidos por sospechas de haber violado las sanciones contra Irán.
En la entrevista Ren negó contactos regulares con el gobierno chino, consignó el diario británico Financial Times, y que Huawei rechazaría cualquier pedido de Pekín de compartir información sensible de sus clientes.
Huawei rechazó siempre las acusaciones occidentales, insistiendo que no hay "pruebas" de que plantea un desafío a la seguridad nacional de algún país.
Algunos analistas estiman que la firme respuesta de Pekín a su arresto confirma las sospechas de Washington.
Poco después del arresto de Meng, las autoridades chinas detuvieron a dos ciudadanos canadienses -un ex diplomático y un consultor- por sospechas de amenazar la seguridad nacional, lo que se interpretó como una medida de represalia.
Pekín también revisó el desconocido caso del canadiense Robert Lloyd Schellenberg, que había sido condenado a 15 años de prisión en noviembre por un crimen vinculado a las drogas.
El lunes se revisó su pena y fue condenado a la pena de muerte en un apresurado juicio. China niega que alguno de estos casos esté relacionado a la situación de Meng.