No obstante, los jóvenes aún buscan evitar los embarazos no
deseados, por lo que recurren al sexo anal como método anticonceptivo. El
problema es que esta práctica se está llevando a cabo sin condón, lo que es
sumamente peligroso, poniendo en riesgo la vida.
Al respecto, coinciden Víctor Torres Meza, director del
Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades, y Sonia
Echeverri Frías, jefa del Departamento de VIH/SIDA/ITS del Instituto de Salud
del Estado de México (ISEM).
La preferencia por el sexo anal no solo ocurre entre
adolescentes, también se da entre personas que engañan a su pareja (por miedo
al riesgo de embarazo) y también es la opción predilecta para las mujeres que
quieren llegar virgen al matrimonio.
Según el ginecólogo, Gerardo Martínez Pérez, los jóvenes
optan por el sexo anal, incluso cuando tienen a su disposición los condones y
las pastillas anticonceptivas; sin embargo, suelen ignorar o menospreciar los
riesgos de contraer alguna ITS. Todo esto ha derivado en un repunte alarmante
de los casos.
Según cifras del sector salud estatal, en 2018 hubo 111 mil
697 personas atendidas por alguna enfermedad de transmisión sexual en el
Edomex, tal como sífilis, clamidia, herpes genital, candidiasis, e infecciones
asintomáticas por VIH. De estas, el 35% se dio entre jóvenes entre 12 y 17
años.
Incluso en las llamadas sex shops han aumentado las ventas
de productos como juguetes y lubricantes que estimulan el coito en una parte
del cuerpo que no está preparada como órgano sexual. No obstante, “la mayoría
[de los clientes] llega con mucho desconocimiento y en algunos casos hasta
lastimadas de forma severa”, dijo Carmen López, encargada de la tienda Punto G,
en Toluca.
Los especialistas aseguran que el internet ha jugado un
papel importante en los cambios de práctica, ya que los afectados tienden a
buscar los síntomas en línea para automedicarse, pero antes recurren a
contenido pornográfico como un modelo de imitación, sin investigar a
profundidad cómo es que los actores se protegen de las infecciones.
“Mi pareja me lo pidió [sexo anal], aunque en ese momento no
estaba preparada para hacerlo, no había leído nada al respecto”, admitió Diana
“N”, de 24 años, quien inició su vida sexual a los 15 años. Para ella, la experiencia
no fue placentera; al contrario, se sintió violentada. “Él sólo tiene que
meter, pero yo no pude caminar en dos días.”
No es raro que a los consultorios lleguen mujeres con daños
severos por no usar los métodos adecuados, así como presentando síntomas de
alguna ITS. A esto, se suman algunos tabúes, indica Echeverri Frías, por
ejemplo, que las mujeres no deben cuestionar a sus parejas, o que no deben
pedir el uso del condón y menos portar uno.
Según el epidemiólogo Torres Meza, los hombres son los que
comúnmente contagian a sus parejas sexuales, dando validez a la teoría que las
mejores son las más expuestas.
Noticieros Televisa