Los desayunos con alto contenido energético son
excelentes para bajar de peso, según ha revelado un estudio científico
revelado recientemente. Además de promover la pérdida de peso, los investigadores
encontraron que las comidas ricas en energía funcionan contra los síntomas de
la diabetes.
De acuerdo con Newsweek, investigadores en Israel estudiaron
a 11 mujeres y 18 hombres con obesidad y diabetes tipo 2; las y los pacientes
estaban siendo tratados con insulina y tenían una edad promedio de 69 años.
Se dividieron en dos grupos: el primer grupo fue asignado a
comer un gran desayuno rico en energía, almuerzo mediano y una cena pequeña,
mientras que el otro grupo comió seis comidas pequeñas durante todo el día. Los
niveles de glucosa y el peso de los pacientes también se controlaron en el
transcurso de dos semanas.
Los resultados mostraron que el plan de tres comidas con un
desayuno fuerte fue más efectivo para la pérdida de peso entre pacientes con
obesidad y con diabetes tipo 2.
En el transcurso del estudio, el grupo de alta energía
perdió un promedio 5 kilogramos, mientras que el grupo que comió seis comidas
pequeñas ganó 1.4 kilogramos. El hambre y los antojos de carbohidratos
disminuyeron en el grupo de desayuno de alta energía, pero aumentaron en
el grupo de seis comidas por día.
Además, el grupo de desayuno de alta energía necesitaba
significativamente menos insulina, mientras que el grupo de seis comidas al día
necesitaba más insulina que el promedio.
Según la Asociación Estadounidense de Diabetes, la diabetes
tipo 2 es la forma más común de la enfermedad y ocurre cuando el cuerpo es
“resistente a la insulina” o no usa la insulina adecuadamente. Si no se trata,
esto puede causar problemas en los ojos, los riñones, los nervios y el corazón.
Esta afección normalmente se puede tratar con cambios en el estilo de vida,
píldoras e inyecciones de insulina.
Estos resultados, que se presentaron en la reunión anual de
la Endocrine Society en Chicago, sugieren que el tiempo y la frecuencia de
los alimentos adecuados podrían desempeñar un papel en el control de la glucosa
y el peso para los pacientes diabéticos.
Aunque se realizó en pacientes diabéticos obesos, la investigadora principal Daniela Jakubowicz dijo a Newsweek que los resultados son “totalmente aplicables para personas obesas no diabéticas o pre-diabéticas”.