La 'bella durmiente' de la vida real que duerme 22 horas al día por rara enfermedad

28 marzo 2019
Noticias de Yucatán. 

Rhoda Rodriguez-Diaz, una joven de la ciudad británica de Leicester, padece de una rara enfermedad neurológica que la obliga a dormir 22 horas al día y seguir sintiendo cansancio. Según ha confesado en una entrevista, este problema ha interferido en su desempeño académico y también ha afectado drásticamente su vida social.

Esta estudiante de psicología de 21 años fue diagnosticada desde niña con hipersomnia, una condición que se caracteriza por episodios recurrentes de somnolencia diurna y fatiga extrema. Solía quedarse dormida en la escuela y se veía impedida para practicar sus deportes favoritos porque estaba "constantemente cansada".

En el primer semestre del año pasado Rhoda no se presentó a una serie de exámenes en la universidad y perdió algunas asignaturas porque estaba dormida. En septiembre, tras una serie de pruebas, los médicos descubrieron que padecía del síndrome de Kleine-Levin, que también se conoce como el de 'la bella durmiente'.

"La gente me llama perezosa"

Este trastorno se traduce en episodios de sueño que pueden durar hasta tres semanas, con pequeños lapsos en los que Rhoda come, bebe y va al baño. "Es realmente molesto cuando la gente me llama perezosa. Lucho para lidiar con los efectos de esto", asegura la joven.

La universitaria explica que puede pasar varios meses seguidos sin experimentar ningún síntoma asociado a su enfermedad, pero cuando estos aparecen tienen un impacto muy fuerte en su rutina. Sus amigos afirman que cuando sufre un episodio su estado de ánimo cambia. "Me altero y mi comportamiento cambia drásticamente", subraya.

"La vida continúa mientras estoy durmiendo. La realidad me golpea cuando me despierto y me doy cuenta de que me he perdido una semana de mi vida", añade.

Esta dolencia provocó su expulsión de la universidad el año pasado debido a sus continuas ausencias. No obstante, su diagnóstico fue considerado por las directivas como "un caso excepcional" y se le permitió reintegrarse a las aulas. Actualmente cursa el segundo año de carrera. 

Los pacientes con el síndrome de Kleine-Levin eventualmente logran superar su condición. La última vez que Rhoda experimentó un episodio fue hace unos tres meses, cuando durmió más de 60 horas en tres días. A pesar de todo, la británica asegura que ha aprendido a controlar los síntomas para que no interfieran con su vida adulta.

"Soy más consciente de eso ahora. Sé cuándo voy a tener un episodio (…) Esto es solo una dificultad que estoy esperando a que se desvanezca. Quiero que me tomen en serio en la vida y esto no ayuda ", concluye.



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