La muerte de dos adolescentes en Rumania víctimas de un
asesino serial, ha desatado una ola de indignación y multitudinarias protestas,
principalmente por la inacción policial, que ha provocado el despido de cúpula
policial del país europeo.
De acuerdo a RT, Alexandra Macesanu, de 15 años, desapareció
el pasado miércoles tras salir de su casa en la comuna de Dobrosloveni del
distrito de Olt para viajar a dedo rumbo a la ciudad de Caracal. Al día
siguiente, se comunicó en tres oportunidades con los servicios de
emergencia, pidiendo ayuda desesperadamente y explicando que había sido
secuestrada por un hombre.
Pero no fue hasta 19 horas después, en la mañana del
viernes, que los agentes comenzaron el operativo de búsqueda. Finalmente,
determinaron que los llamados de auxilio se habían realizado desde la propiedad
de un mecánico de 66 años, identificado como Gheorghe Dinca, cerca de la ciudad
de Caracal.
En el lugar se descubrió un barril con restos humanos
carbonizados y joyas que llevaba puestas Alexandra el día que fue vista con
vida por última vez. Asimismo, allí se encontraron los presuntos huesos de
Luiza Mihaela Melencu, de 18 años, quien desapareció en abril de este año tras
dirigirse desde la comuna de Diosti, del distrito vecino de Dolj, hacia
Caracal.
Inicialmente, Dinca negó conocer a las jóvenes, asegurando
que las prendas halladas pertenecían a sus familiares y que los huesos no eran
humanos sino de animales, y que los guardaba para dárselos a sus perros. Sin
embargo, el sábado se declaró culpable de asesinar a ambas chicas y las
autoridades lo arrestaron de manera preventiva por 30 días.
La madre de Luiza detalló que cuando reportó la desaparición
de su hija los efectivos no quisieron investigar el caso alegando que esta ya
era mayor de edad y que probablemente se había fugado junto a un novio,
"con su príncipe azul".
El ministro del Interior rumano, Nicolae Moga, anunció este
viernes el despido del jefe de la Policía del país, Ioan Buda, así como al jefe
y vicejefe del departamento policial de Caracal. Mientras que el presidente del
país, Klaus Iohannis, prometió investigar a fondo el actuar de los uniformados
y castigarlos en caso de constatarse que no actuaron a tiempo para salvar a las
víctimas.