SAO PAULO, Brasil.- Una novia embarazada que iba camino al altar murió de derrame cerebral minutos antes de entrar a la iglesia, dejando a su prometido y a su hija recién nacida.
La enfermera Jessica Guedes, de 30 años de edad, tenía seis meses de embarazo, cuando comenzó a sentirse mareada y con dolores en el cuello, mientras estaba en la limusina camino al templo en Sao Paulo.
En un principio su familia pensó que era por el estrés de la ceremonia.
Sin embargo, no sabían que Jessica sufría de preeclampsia, afección que le robaría la vida, su maternidad y su matrimonio.
Su prometido, el bombero teniente Flavio Gonçalvez, de 31 años, la estaba esperando en el altar, cuando un familiar llegó pidiendo ayuda porque su amada se había desmayado en el auto.
Estaba preocupado porque la estaba esperando en el altar y estaba tardando mucho en entrar. Una prima suya corrió por la alfombra y me dijo que se había desmayado", dijo Flavio para revista brasileña Crescer.
'Abrí la puerta del auto y ella estaba acostada, pero recuperó la conciencia para hablar conmigo. Le dije: "Bebé, estoy aquí".
'Ella respondió que todo estaba bien, pero que tenía un dolor severo en la nuca. En ese momento, me convertí en un rescatador, como lo he estado durante siete años con el Departamento de Bomberos.
"La saqué de la limusina, comencé los primeros auxilios y pedí ayuda a mis amigos bomberos que estaban allí como invitados".
La chica fue llevada a un hospital estatal de maternidad en el centro de São Paulo, pero ante la complejidad del caso, la trasladaron al hospital privado de maternidad Pro Matre Paulista.
Según el informe médico publicado por Daily Mail, la madre tuvo un accidente cerebrovascular, debido a la preeclampsia y al sangrado interno, lo que vio obligado a los cirujanos a extirpar el útero.
Los médicos realizaron una cesárea de emergencia para salvar la vida de la bebé de 29 semanas y la joven madre, que había sido declarada por muerte cerebral, murió después de terminar la operación.
La bebé llamada Sophia nació con un peso de 2.05 lb y 13.5 pulgadas (930 gramos y 34 centímetros) y está en la unidad de cuidados intensivos neonatales probablemente durante al menos dos meses.
'El amor de mi vida me enseñó a respetar y tratar bien a una mujer para que yo pudiera aprender a cuidar a nuestra hija.
'Todavía no puedo creer que esto haya sucedido. Parece que estoy en una película triste, y lloras, lloras, lloras, pero sales del cine sabiendo que era solo una película.
"Sin embargo, en mi caso, la película nunca terminará y el sufrimiento continuará para siempre", expresó el padre.
